Ekray Blurr & Maia Harbour (D.11) | 74º ½ JDH.

(Como Maia ha posteado, enseguida empezará este rol ^^).

Miré todas las entrevistas sin apenas cambiar de posición intentando no parecer para nada nerviosa y sonriendo ante todo, en ocasiones era una sonrisa que se me antojaba hasta falsa ya que a ratos me daban ganas de irme y no formar parte de este circo al ver como los capitolianos ponían caras tristes sin saber que realmente el dolor y el sufrimiento que se pasaba al vivir en donde nosotros lo hacíamos.
Al llegar mi turno me levanté y sonreí de forma más natural caminando hacia Julius, le saludé con dos besos y me quedé a su lado dejándome arrastrar hasta delante del escenario, al escuchar sus palabras me reí un poco y bajé la cabeza como si estuviera avergonzada, finalmente levanté la cabeza y asentí caminando a su lado para tomar asiento en el sofá.
Escuché atentamente cada una de sus palabras pero que me pidiera que cantara me calló como un balde de agua fría, me había mentalizado para hablar pero no para cantar, no lo iba a conseguir.

-Claro- Contesté automáticamente aun que me quedé unos segundos en silencio sin saber que cantar Tu puedes Maia me dije a mi misma y cerré los ojos recordando la canción que me cantaba de pequeña mi madre, una nana que se había inventado ella mientras aun estaba embarazada. Comencé a cantar con voz algo temblorosa -Duerme mi niña yo estoy contigo ya es de noche y hace frío, baila la luna mirándote con las estrellas, baila la luna para verte- Seguí cantando con más fuerza como si estuviera sola en mi habitación, llevé una mano hacia mi cuello y acaricié el colgante. -Siente la brisa que viene a ti, sueña conmigo yo no me alejaré de aquí, sopla el viento sobre tu piel, duerme mi niña, duerme mi niña-Abrí los ojos recordando que todo Panem me estaba viendo y acabé la canción en un susurro.]-Duerme mi niña que yo no me iré- Al acabar de cantar solté el colgante y cerré fuerte los ojos intentando no derramar ninguna lagrima, segundo después suspiré y los abrí volviendo a sonreír aun que mis ojos brillaban por las lagrimas que se habían quedado allí esperando por salir. Abrí la boca como para decir algo pero volví a callar dejando unos segundos por que si hablaba mi voz temblaría como si estuviera apunto de romperme y lo acabaría haciendo.

-Yo no lo llamaría afición, es prácticamente mi vida- Contesté mirándole fijamente y olvidándome de que los demás me miraban, si había una pregunta que me pudiera dejar al descubierto sin duda era esta, si en un momento había pensado en sonreír y ser tan adorable como pudiera lo olvidé y decidí ser cien por ciento sincera.-Mi madre amaba la música, siempre estaba cantando, recuerdo que tenía una guitarra y que cada tarde mi padre y yo nos sentábamos a escucharla tocar y cantar- Sonreí con nostalgia ya que ahora era doloroso pensar en eso. -Siempre quise aprender a tocar la guitarra y poder cantar como ella, pero murió antes de poder enseñarme así que me conformé con cantar para mantener su memoria intacta. Canto siempre que puedo, intento inventarme nuevas melodías y a veces voy a cantar cerca de un grupo de sinsajos ya que repiten todas las canciones exactas- Admití sonriendo encantada, llevaba días sin cantar y haber cantado y contado como mi madre había influido en mi amor por la música consiguió que mi animo se renovara y olvidara por unos momentos que iba a morir dentro de nada.

Volví a escucharle atentamente y miré de reojo a la pantalla para encontrarme con que las cámaras me enfocaban, deje de mirar allí por que ya que había perdido los nervios iniciales no quería que estos regresaran.
Al escuchar las preguntas del presentador me quedé pensativa ¿qué podía ofrecer yo en la arena? ni siquiera tenía la seguridad de que fuera a sobrevivir en la curnocopia y ya era decir bastante.
-Bueno, como dices tu es muy improbable que eso me ayude demasiado, no me imagino cultivando un huerto allí- Comenté divertida y con una sonrisa a la que le faltaba poco para convertirse en una carcajada ya que con solo imaginarme esa imagen me entraba la risa. -Pero tal vez si que hay arboles con frutos comestibles al igual que plantas y con suerte alguna clase de hortaliza salvaje, eso me podría ayudar a sobrevivir un par de días sin pasar hambre- No pretendía decir en ningún momento nada de morir, no es que no lo supiera y que ellos tampoco pero era un tema que prefería evitar.
-¡Si fuera parecida a mi casa sería magnifico!- Exclamé risueña, eso sería lo primera cosa buena que me ocurriría desde que había llegado. -Aun que me conformo con un pequeño bosquecillo, si lo hay estad seguros de que me veréis por allí correteando- Comenté como si lo que fueran a ver fuera un bonito documental de las montañas con una niñas paseándose por allí y no intentando escapar de sus asesinos.

La entrevista me estaba llevando menos trabajo del que yo pensaba, realmente hablar de mi misma era más fácil de lo que pensaba, nunca había llevado un vida demasiado complicada y había intentado evitar cualquier clase de problemas otra de las cosas que hacían mi entrevista fácil, no tenía absolutamente nada que esconder y eso en cierto modo era un punto a mi favor.

-Mi vida en el distrito-Puse un dedo en mi barbilla y pensé durante unos segundos. -La verdad es que no hay mucho que decir, hago lo mismo que todos. Voy al colegio y al salir voy a trabajar a los campos, los domingos los tengo libres así que intento pasar el mayor tiempo posible con mi padre y con mi tía- Hablé con tranquilidad, mi vida era bastante simple, ahora que la analizaba bastante.-Mi familia... bueno vivo con mi padre, mi madre murió trabajando hará unos ocho años, ese fue un duro golpe pero supimos seguir adelante. Por otro lado está mi tía que es como mi segunda madre, ella ganó los juego hace unos once años, vive sola así que siempre que puedo voy a pasar tiempo con ella- No diría mucho más a mi tía ya la conocían un poco por que era mentora aun que este año no la habían dejado venir por el bien de las dos.
-Les diría que haré todo lo posible por conseguir volver a casa, pero si no lo consigo se que ellos son fuertes y sabrán salir adelante como siempre lo hacen, mi padre es el hombre más valiente que conozco y se que será capaz de volver a ser feliz aun que yo no esté a su lado- Sabía que el me miraba y esta serían mis últimas palabras hacia el, mi despedida. Luché por que mi voz no se quebrara pero aun así lo hizo aun que eso no me impidió seguir hablando.-Quiero que sepa que aunque yo ya no esté a su lado siempre estaré en su corazón y que estaré velando por su bien en silencio, que es el hombre más maravilloso del mundo y que lo quiero muchísimo- Una lagrima rodó por mi mejilla pero no me molesté en quitármela, tenía mucho por decir y mi tiempo era controlado. -A mi tía le diría que sea fuerte, que es una mujer increíble y que solo me queda agradecerlo por todo lo que ha hecho por mi y que sabe que seguiré con ella y que cada vez que vea una estrella recuerde que estamos allí y que nunca la dejaremos sola- Recordaba perfectamente eso, fueron mis últimas palabras hacia ella antes de venir al Capitolio, le había prometido que aun que no nos viera mi madre y yo siempre estaríamos a su lado.
Un conjunto de lagrimas bajaban por mis mejillas, las limpié con mi mano, sorbí por la nariz y miré a la cámara ofreciendo la más sincera de mis sonrisas sabiendo que ambos me estarían viendo, esperaba que guardaran esa imagen de mi, una sonrisa.

Finalmente sonreí y le correspondí el abrazo al Julius antes de despedirme del publico con una pequeña sonrisa y un asentimiento, pocas ganas de darle las gracias ni nada por el estilo, ellos eran los que me mandaban a la arena así que nada más que decir.
Caminé de nuevo hacia mi asiento y poco antes de llegar a mi asiento vi a Ekray ya de pie, le sonreí y le di un apretón de manos rápido, jamás había estado con el lo suficiente como para saber más de el pero sabía que al igual que yo no se lo merecía. Me senté en la misma postura que al entrar y miré fijamente a la pantalla donde se veía a mi compañero de distrito y al presentador.