Abigail B. Jordan ID

Para ser sinceros, ni ella sabe muy bien quién es. Es muy cerrada, le gusta guardarse reacciones y emociones para su propio disfrute, y a veces eso le pasa factura, ya que soporta más de lo que puede aguantar. A pesar de ello, es una persona muy dulce, en ocasiones tanto que la gente la engaña y hace con ella lo que quiere.
Es una persona con una personalidad muy fuerte y terca, terca como una mula. Así como le encanta leer, aprende muy rápido y pilla en seguida las cosas, cada día sabe una cosa más que el anterior. Perfeccionista, hasta la saciedad. A veces se exige tanto a sí misma que se frustra y se enfada, aunque la gente diga que está bien hecho, ella siempre opina que no alcanza el nivel para estar “bien”.
Es recurrente e ingeniosa, una fuente inagotable de ideas. Siempre se le ocurrirá algo para apañar cualquier entuerto en el que se encuentre o cualquier situación peliaguda. Tiene también una imaginación que alcanza límites insospechados, es muy soñadora y casi siempre está en las nubes.
También es intensa, comprometida, auntosuficiente, misteriosa a veces y risueña. Tiene una capacidad de autocontrol que más de una vez le ha salvado el culo. Es muy inocente, aunque por experiencia ha aprendido a no confiar en nadie. Le gusta la soledad, aunque no le disgusta la compañía de alguien agradable. Le gusta pasear de noche y cantar.

De una familia bien posicionada nació la pequeña Abi. Sus padres y su hermano la acogieron en el seno de una familia de agricultores, en la que se podía ir algo holgado económicamente, aunque tampoco mucho. Su hermana, Lilly, era 3 años mayor que ella, y se llevaban a rabiar.

La infancia de Abi fue algo bonito y fugaz. Recuerda el reír de su madre, la voz grave de zu padre y los empujones y bromas de su hermana, que a pesar de todo la quería como a nada. Durante los siguientes años, la vida de la familia Jordan fue una vida sin sobresaltos, sin necesidad de teselas ni grandes baches. Pero todo cambió el año que Lilly salió elegida en la cosecha con 16 años: el horror se apoderó de su familia. Abi y sus padres observaron con una enorme impotencia como la hija mayor salía a un campo de batalla. Sin saber como, logró salir del baño de sangre, pero no duró demasiado: en la noche del sexto día, un grupo de profesionales la asaltó cuando hacía un pequeño fuego, y ese fue su final. Una puñalada en el pecho y el cuerpo sin vida de la pequeña quedó desplomado en el suelo.

Abi quedó en shock mientras sus padre se sumían en la más grande de las depresiones. Su sed de venganza aumentaba con el tiempo, así que decidió hacer algo al respecto: se entrenaría en secreto para cobrar la muerte de su hermana. Todos los días entrenaba de noche, sin que nadie lo supiera, hasta que un día sintió que estaba lista. Ese mismo año se presentó voluntaria para ir a los juegos.. La desesperación de sus padres, los cuales desconocían aquello, era de las más horribles que jamás se hayan visto. Las caras de sorpresa de todo el distrito la acompañaron hasta el escenario. Pero Abi estaba segura de lo que hacía: O moría o ganaba.

Tras varias semanas de horror, y a estas alturas todavía no sabe como, consiguió salir de ahí, vivita y coleando. La táctica de hacerse la buenecita había dado fruto, todos creyeron que no era una ofensa muy grande, y ese fue su horror fatal. Mientras se mataban entre ellos, esperó a que sólo quedaran unos pocos refugiada bajo una alianza: ella cuidaría del campamento mientras los demás iban "de caza". Y una noche acabó con ellos, a sangre fría. Tras 3 cañonazos más, Abi vio como una escalera se tendía hasta ella, sacándola de aquella pesadilla.

Aunque ella no se diera cuenta, después de aquello nunca volvió a ser la misma. Se volvió algo autista y pasota. Hace cosas peligrosas y estúpidas poniendo su vida al límite sólo para sentirse viva. Y es que no sabe quién es, porque se lo habían quitado. Había dejado lo que era Abi en aquel campo de batalla.