Daemon N. Greevon

Daemon es un niño que ha tenido una infancia marcada por la hambruna y los huertos, y, como en la mayoría de los niños del distrito once, se puede decir que nunca han tenido infancia. Está claro que siempre ha tenido sus momentos para jugar en el huerto, aunque no estuviese permitido. Siempre le han fascinado cosas tan tontas como la tierra, los bichos que viven en ella, como crecen las plantas, como se recolectan y como se trepa a los árboles. La verdad es que eso era lo único que le permitieron hacer en la mayoría de su vida. A sus doce años, es un niño distraído con cualquier cosa al que ya han azotado cinco veces.

Risueño, mucha gente dice que Daemon tiene un problema mental, que en su mente todo es de color en vez de bueno y malo, que todo lo que le pasa es algo bueno y no se detiene a darse cuenta de que vive en un lugar cruel. Pero en realidad ¿Quién no querría tener esa vida? No, Daemon ha aprendido desde muy pequeño a esconder su miedo y cambiarlo por algo bueno. A no poner cara triste a los agentes de la paz simplemente por orgullo y, además, hacer que tiene una vida feiz, muchos pueden decir que Daemon está loco, pero él siempre ha pensado que lo que estaba haciendo estaba bien, por lo que continuó, ya que nunca nadie le ha dicho nada malo.

De todas maneras Daemon si que se esconde, por muy pequeño que sea, en su mundo interior cuando está en su casa, nunca ha tenido una relación demasiado estrecha con su padre, por lo que no se hablan prácticamente ya sea porque los dos trabajan doce horas al día o porque no tienen nada que contar. Su madre es algo mejor, pero también está demasiado ocupada, en cambio los dos hermanos mayores de Daemon, gemelos, si que se llevan muy bien con él, tienen pocos amigos en el distrito once al igual que la mayoría de los niños por esos lugares, pero los que tiene los disfruta cuanto puede.

Daemon es un chico de mejillas pronunciadas, siempre las ha tenido muy redondas, en un rasgo que se ve a simple vista en su cara, lo que le hace parecer dos años menor de lo que realmente es. Tiene los ojos azules, que también es algo que lo caracteriza mucho, pelo largo y castaño que le cae en forma de tazón, normalmente desgarbado. Boca pequeña, altura media y el cuerpo muy delgado, suele vestir con ropa muy sucia, lo que a su madre la desquicia. Le gusta mancharse con todo por lo que siempre tiene la cara manchada de polvo.

Daemon nació en pleno verano, en una casa de al lado de la valla del Distrito Once, de su infancia suele recordar muy poco hasta los seis años, simplemente despertarse cada mañana, ver como su padre desaparecía por la puerta, su madre hacia lo mismo, quedarse con sus hermanos jugando y luego, cuando volvían, hablar sobre lo que habían hecho sus padres, cenar lo poco que traían e irse a la cama. Normalmente con sus hermanos, que le sumaban dos años, ya que eran gemelos, jugaban a tirarse por el barro que siempre rodeaba su casa, reírse, jugar a ver quien quedaba más sucio de los tres y espiar a las niñas de la casa de al lado, que eran cinco.

Pero cuando cumplió seis años todo cambió, empezar el colegio significaba también empezar como podían a trabajar en el huerto, desde muy pequeños siempre han trabajado todos. A los cuatro años sus hermanos faltaban al colegio, por lo que Daemon empezó a ser más independiente y a quedarse en casa solo. Cuando cumplió ocho años ya había veces que Daemon se hacía su propia comida, por lo que a sus padres no les preocupaba dejarlos solos todo el día, después de los nueve años empezó a haber peleas en casa, entre sus padres, que ya estaban hartos del trabajo, que no podían más. Daemon se escondía en la despensa hasta que acabaran de gritarse, por lo que nunca participaba en ninguna de las peleas, muchas veces lloraba él solo hay dentro, pero después de unos días de peleas seguidas Daemon dejó de llorar y empezó a pensar que eso sería rutina, por lo que también dejó de esconderse y empezó a fabricarse una máscara de ignorancia. Siempre ha sido lo mejor en la vida de Daemon, prefiere ignorar todo lo de alrededor para que su vida no sea más triste.

Desde muy pequeño sabe lo que son Los Juegos del Hambre, pero hasta el año pasado no conoció de verdad lo que implicaba, tener que matarse entre otros niños, ahí es cuando empezó a coger miedo de verdad a su país y a interesarse más por lo que pasaba a su alrededor, a dejar de ser un niño ignorante, y así conocer más como realmente era. Con sus doce años ahora, Daemon es un niño con miedo, pero sigue siendo risueño y optimista, en su familia nunca ha ido nadie a Los Juegos, por lo que no conoce el dolor de primera mano.