Raymond Light

Tímido en exceso, jamás ha sido capaz de abordar por sí solo a la gente si no la ha conocido anteriormente. Esto le supone un gran problema siempre, y le hace ser demasiado solitario e introvertido. Sin embargo, con las pocas personas que alguna vez ha conocido y ha podido tener alguna relación cercana, ha demostrado ser alguien de gran corazón, siempre pensando en el otro por sobre sí mismo. No sabe mentir, aunque obviamente no podría verbalizar una mentira, gestualmente también es incapaz de hacerlo, y lo delata su nerviosismo y su rubor... que por cierto es algo que le sale naturalmente en muchas ocasiones y que le molesta.

Le gustan los lugares tranquilos, pues es muy sensible del oído y aquellos lugares en donde existen ruidos fuertes, lo molestan sobremanera. También, escoge lugares tranquilos para poder leer; abre cualquier libro que llegue a sus manos.
Si tiene algún tiempo libre y un piano cerca, lo toca hasta el cansancio, pues le encanta la música y es su instrumento favorito.
Al contrario que la mayoría de los habitantes del Capitolio, le gustan mucho los animales, de cualquier tipo, y entabla con ellos una comunicación que ya no puede tener con las personas.

Odia los ruidos fuertes; los chirridos, gritos, sirenas, etc. La oscuridad total también es un motivo de miedo y disgusto para él, y si alguna vez se encuentra en ella, su desesperación es tal que le es imposible reaccionar para moverse y salir de allí.
Tampoco le gustan los lugares con demasiada gente, concurridos, como una plaza o un centro comercial, se siente ahogado e incómodo. Prefiere el calor, y el frío es uno de sus grandes sufrimientos. Odia también los gritos humanos, los de dolor y los de enfado también. Siente también un disgusto hacia los objetos filosos como cuchillos de mesa o navajas.

De una complexión delgada y frágil, nunca ha sido alguien físicamente fuerte. Es demasiado delgado para parecer alguien normal, pero no esquelético. Su piel tampoco parece no saludable, aunque es muy pálida y casi sin ninguna mancha, sólo unos pocos lunares pequeños en sus brazos y su espalda. Siempre lleva los cabellos alborotados, los cuales son finos y color castaño claro. Sus ojos tienen largas pestañas oscuras, y el iris es azul grisáceo sin cambiar nunca por efectos de la luz.
Mide aproximadamente 1.78 mt. Tiene dedos ágiles y muy largos y delgados, perfectos para el piano. Conserva cicatrices antiguas en sus brazos, piernas y espalda, que asemejan a rayitas iridiscentes en el blanco de su piel.

Raymond nació en el Capitolio como el quinto y último hijo de una familia de riqueza, asociada a la banca. Tenía hermanos muy mayores, hijos de la primera esposa de su padre, que ya trabajaban profesionalmente en el ámbito financiero. Pero por una traición, por un descubrimiento de la verdad de ciertas estafas millonarias que había realizado la familia, es que se ordenó que esta desapareciera. Una noche de invierno, fuerzas del capitolio apresaron y asesinaron a toda la familia directa. Raymond tenía cinco años y logró esconderse lo suficiente para sobrevivir a la masacre, pero no para huir de las manos fuertes que lo apresaron y en lugar de matarlo como a su madre, su padre y sus hermanos, lo hicieron su esclavo. Raymond ya no existía más, ya nunca llevaría el apellido deshonroso y jamás regresaría a la vida que tuvo antes.
Lo hicieron avox, no cortándole la lengua, sino las cuerdas vocales, y fue vendido sin miramientos al secreto y millonario comercio sexual del Capitolio. Desde entonces se convirtió en un sirviente cualquiera, de los muchos que existían en Panem sin siquiera un nombre. Cuando cumplió los diecisiete años se convirtió en el sirviente avox de un político.