Liam S. Agrother || ID.

Liam es una persona realmente complicada, pero se podría llegar a decir que es fácil de entender una vez comprendas el comportamiento del mar, pues el parentesco entre el chico y el mar es conmovedor desde cualquier punto por donde se aprecie. Su psicología ha adquirido desde muy pequeño la particularidad de ser tan o casi igual de cambiante que la fuerza de la marea que marca los límites de su no muy estimado distrito cuatro. La seriedad es algo que en su mente ha desaparecido prácticamente en una estricta totalidad, básicamente ésto es producto del estilo de vida que lleva junto a su hermana, siendo ambos unos neófitos del mar y sus suburbios, cualidad por la cual se les reconoce bastante entre los numerosos habitantes del distrito cuarro. Pareciera que su ánimo -igual de cambiante que su personalidad- se agita con la fuerza de un voluminoso e imponente tsunami, pudiendo pasar desde una calma entrañable hasta una euforia prepotente y sobre todo espectacular.

Si hay algo claro en su forma de ser es que sus mareas mentales han terminado por arrancar de raíz todo lo que pueda relacionarse con el respeto, siendo así que es capaz de trtar como si se tratase de cualquier bote de basura al mismísimo presidente de Panem, persona a la que por supuesto no le guarda en su corazón ni una sola y miserable gota de estima, pues simplemente le parece repugnante y -la mayoría del tiempo- discapacitado mental, pues sus movimientos elegantes no dan con la lógica práctica de Liam a la hora de actuar.
Si bien el muchacho no es capaz de respetar a nadie, el respeto por pos demás no es lo único relacionado con el respeto que brilla relucientemente por su evidente ausencia, pues Liam tiene muy claro que hasta no notar o percibir una mísera pizca de sentido en las leyes que impone Panem a los distritos que tan mediocremente gobiernan, se verá obligado a demostrar con lujo de agraciado detalle lo vulnerables y tentadoramente fáciles de romper que son las leyes que se conocen en el distrito cuatro.

Entablar cualquier clase de conversación seria con Liam es muy complicado, explicándose de manera práctica pero no totalmente exacta con la palabra "imposible". Ésto es lo más fácil de comprender y asimilar en la personalidad del chico, pues si bien no es muy entendible su forma de actuar, se sabe lo insoportable que puede llegar a ser si se lo propone y lo cerrado que es la gran mayoría del tiempo ante las otras personas, siendo su hermana melliza Jessica la excepción que comprueba la regla.

Junto a su hermana, Liam es extremadamente selectivo y -casi todo el tiempo- descalificador con las personas con quienes se juntan. Suelen ser siempre ellos dos, aunque en ciertas ocasiones han tenido amigos cercanos que han logrado acceder a su prácticamente cerrado círculo de confianza.

Gustos.
Nadar, especialmente si el oleaje plantea un desafío.
Coleccionar conchas marinas en buen estado y mantenimiento.
Romper reglas injustas y ridiculizarlas públicamente.
Pasar mucho tiempo con su melliza Jessica.
Todo lo que pueda llegar a interpretarse como una locura.
El mar y sus relacionados.
Secretos, y la emoción de conservarlos.

Disgustos.
Los lugares secos, sin buena compañía o un propósito claro se volvería loco.
La gente llorona o demasiado sofisticada, suele pasar de ellos o sacarles de sus casillas.
Forasteros, cree que son muy cobardes para enfrentar a la sociedad.
El capitolio y sus elitismos que causan retrocesos históricos.
Pirañas, muy temidas para ser tan tontas.

Liam es el estereotipo perfecto ante las múltiples habladurías de la gente de Panem, incluso si se toma en cuenta lo que piensan las ignorantes personas que habitan el capitolio o intentan hacerlo, como aquellos que tienen la desgracia de poder presumir ser ciudadanos de los distritos de "clase alta". Es básicamente el clásico hombre semi atlante que se imagina la mayoría de la gente, con una musculatura fácil de apreciar y ligeramente llamativa, sin embargo para nada exagerada, pues aquello puede causar problemas a los que Liam prefiere mantenerse distanciado, tales como los problemas viriles que genera el exceso de musculatura o la ridícula apariencia de mole que tanto repele a las personas que te observan.
Se ha esforzado durante toda su vida en cuidarse de manera física, siendo así que sus músculos forman lo que podría interpretarse como un permanente tatuaje que traza y plasma perfectamente en su piel la ubicación de los músculos para dejarlos a la vista de cualquier persona, pero de manera moderada.

Sus rasgos son bastante definidos, en especial si se observan de lejos, pues su rostro es reconocible desde bastante distancia que puede llegar a tomarse debido a la particularidad y perfecta armonía entre sus facciones, que marcan un rostro imponente aunque no impone casa nada de respeto, es algo más como una mirada que oculta todo lo que se puede interpretar.
Su cabello es de un rubio particular, que se podría llegar a interpretar como el pelaje de un leopardo, pues en partes de su cabellera se pueden apreciar unos tonos oscuros que salen de lo normal y le hacen resaltar de manera exótica y atractiva. Suele llevarlo corto, sin embargo este está siempre alborotado debido a sus múltiples aventuras ilegales, poniendo una excepción en las instancias oficiales, para las cuales se peina... o más bien lo peinan.

A pesar de ser nada más un muchacho de catorce años, su altura está un tanto más arriba de la línea que se reconoce como lo normal, aunque por lo general todas las personas con las que se cruza suelen ser más altas, debido a que la edad es algo que influye bastante en el aspecto. Su físico es básicamente trabajado por necesidad, ya que él sabe perfectamente que lo necesita para llevar el estilo de vida que quiere para él, y pretende llevar de la mejor manera posible.
Su espalda de asimila bastante a la de un chico joven pero un poco mayor, aunque aquello no resalta especialmente pues Liam aparenta un poco más de lo que en realidad tiene en respecto a la edad.

Su nacimiento junto al de su hermana pasaron desapercibidos totalmente, debiéndose ésto básicamente a que su familia no posee ninguna clase de renombre ni en el momento del nacimiento de Liam y Jessica ni en un pasado lejan o -por último- cercano.
Lo criaron de una forma normal, basándose la crianza en entregar mucho amor y ocultar a medida de lo posible la crueldad y lo horripilante que puede resultar el mundo real en donde se vive, pues sus padres no querían que sus hijos pasaran lo que ellos, y aunque sea por un par de años que significarían la infancia iban a evitar que tuviesen contacto con el mal de la realidad.

Lamentablemente, el cuento de hadas no duró lo que los padres de Liam tenían pensado, debido a que los ideales de su madre eran cada vez más escuchados por los vecinos, luego la comunidad y finalmente una gran parte de la población en el distrito cuatro. Como es obvio, a penas las habladurías llegaron a rozar los oídos de los llamados agentes de la paz, Lissander Agrother -la madre de Jessica y Liam- desapareció en un santiamén.
Desde aquel entonces la vida del pequeño Liam se volvió un verdadero infierno, tal como las vidas de la mayoría de las personas que habitaban Panem en ese instante.

La realidad ya no podía ocultarse, y Liam junto a su hermana pasaron sencillamente a volverse locos, a perder todo esbozo de razón que pudiese llegar a apreciarse en sus manipuladas mentes. Tal vez aquello signifique una especie de cobardía, pero es lo que le funciona para poder pensar tal como su madre, y está comprometido a encontrarla solo o con la ayuda necesaria.
Lo de la ayuda es prácticamente imposible, debido a lo cerrado que es con su hermana, siendo que ambos tienen su propio mundo aislado tal como lo pretendió su madre.