Alexandra N. Tolkien

Alex es una chica muy observadora. Se fija en todo de su entorno, desde los gestos de la gente con la que habla a las palabras que dicen. No es que sepa juzgar a la gente por lo que ve, pero le dan una impresión de si confiar en ellos o no. Es desconfiada, y no le gusta que se la jueguen. Si le hacen daño o la manipulan a ella, buscará la más tranquila manera de devolver el golpe. Su fachada es angelical, pero tiene mucho carácter, y es de las que piensan que la venganza se sirve en plato frío.

Es muy inteligente, haciendo honor a su distrito. Enseñada por su padre, es una ingeniera muy buena. Diseña piezas y sabe de electricidad y mecánica. Su mayor hobbie es dibujar, y se le da muy bien el dibujo técnico, pero como afición el artístico. Va siempre con una carpeta de planos y un lápiz para anotar sus ideas. Es muy imaginativa y siempre está creando en base a lo que ve, reinventando lo que ya hay. No le importa darlo todo por sus proyectos o ensuciarse cuando es el ámbito de la mecánica.

Tiene alma de rebelde, nacida de la influencia de su padre. Espera que algún día pueda usar sus conocimientos contra y no a favor del Capitolio. Se emociona con la posibilidad de ser rebelde algún día. El miedo de su madre al Capitolio convirtieron de su progenitora en una adepta al mismo, cosa que ella rechaza y sirve como aliciente para unirse a la revolución: no quiere ser como ella.

Como otros datos, le encanta el café y dormir hasta tarde. Dice que la cafeína es la gasolina de su vida, está más activa e imaginativa cuando lo bebe. No es muy habladora, pero odia estar sola. No suele darle mucha confianza a la gente, y no permite nunca ver sus dibujos o diseños. En confianza es más suelta y simpática, pero sigue estando alerta por si se la quieren jugar. Siempre planea sus venganzas y actúa con su fachada para no levantar sospechas, como hace con el Capitolio.

Pelo pelirrojo auténtico con el flequillo por la frente, liso y alborotado. La cara llena de pecas y los ojos de un azul cielo, heredados de su padre. Es alta y delgada. Su ropa suele ir sucia y descuidada si está trabajando, pero sabe guardar las apariencias con ropa decente.

Su padre siempre fue un hombre muy listo, ingeniero y electricista. Desde pequeña, le enseñó sobre circuitos y planos y ella creció absorbiendo toda su sabiduría. Su padre siempre le dice que todo lo que haga y cree debe ser para un buen fin, siempre que se haga por la gente del Distrito será bueno. Su madre siempre le decía que cumpliera las normas y no destacara, que hiciera todo lo que le dijeran. En la adolescencia, hacer todo lo contrario fue su máxima. Su creatividad ascendió al punto de superar a su padre, que en muchas ocasiones repetía simplemente lo ya existente. Tiene conocimientos en muchos ámbitos gracias a libros, a su padre y a iniciativa propia. Creó ya desde muy joven sus propios proyectos, y siempre le motiva buscar nuevas cosas. Mientras tanto, en su cabeza se empezaba a formar las ideas revolucionaras que hoy en día son su vida y con lo que sueña.