Nerwen Riverside

Nunca se ha considerado alguien normal aunque el estereotipo de la normalidad es bastante relativo. Callada, introvertida y gruñona. Por lo general es una persona tranquila, sosegada y amable (en especial con los mayores y los niños más pequeños) no obstante tiene un carácter muy fuerte que más de una vez ha hecho que tenga problemas en múltiples ocasiones, fuera o dentro de la arena. No tolera las injusticias y aunque ha deseado en más de una ocasión rebelarse contra el Capitolio, se guarda por sus hijas aunque tampoco tiene pelos en la lengua para expresar sus pensamientos. Cabezona, no dejará que nadie haga algo que pueda hacer ella con sus propias manos ni tampoco cederá en su idea cuando tiene algo cruzado en mente, lo hace y punto. Si le dices algo a Nerwen ella hará todo lo contrario en especial si se trata de una orden pues adora llevarle la contraria aunque en ocasiones debe morderse la lengua. No es ordenada, ni con sus escasas pertenencias ni con su mente, suele olvidar muchas cosas pues es bastante despistada y si no es despistada, se olvida de las cosas que para ella no tienen importancia. Es muy brusca para demostrar el cariño que tiene a las personas, puede ser amable pero no es muy afectuosa y no sabe dar muchos abrazos, ni palabras cálidas, es más bien directa diciendo las verdades a la cara cosa que a veces no suele gustar a las personas. Excesivamente protectora con sus hijas, demasiado. Odia el Capitolio en general, tiene intenciones de rebelarse contra ellos en algún momento de su vida.

Alta, delgada y algo desnutrida. Complexión atlética, pasa la mayoría del tiempo corriendo de un lado a otro del Distritio y tiene varias cicatrices a nivel de la pierna derecha y los codos. No tiene curvas marcadas ni estilizadas, pese a alcanzar la pubertad solo tiene largas piernas, algo torneadas, cintura estrecha por la carencia de comida y es plana, no tiene pecho algo que la ayuda en sus peripecias para correr. Largo cabello, hasta la altura del inicio del trasero, moreno y lacio. Ojos grandes y profundamente verdes a veces brillan más dependiendo del día, la comida y el estado anímico. Rostro ovalado, orejas grandes y algo puntiagudas (como los elfos de la literatura antigua), boca pequeña, labios finos y tez pálida, tanto como la nieve, a veces piensa que se debe a la poca comida que lleva a la boca.
Tiene una nariz extraña, alargada y ancha a nivel de tabique mientras acaba en forma aplanada hacia dentro.
Nerwen suele vestir con pantalones y jerseys anchos, guantes sin dedos y gorritos varios que ha ido heredando.
La vida de los Thomson siempre ha estado ligada a ese distrito, el 12. Antes de la guerra y después. Ninguno de sus padres, tampoco sus abuelos, fueron entregados como tributos, gracias a Dios y pese a las teselas pedidas, no tuvieron problemas respecto a eso. Su padre August conoció a su madre en la parte conflictiva del distrito 12 cuando ambos cumplieron la mayoría de edad y se adentraron en las dificultosas entrañas de la mina de carbón. Primero fue un coqueteo, después algo más serio empezaron a verse por las noches, tenían encuentros sexuales fortuitos hasta que el cariño inicial se convirtió en amor. Decidieron no tener hijos, si tenían hijos se arriesgaban a llevarlos a los Juegos del Hambre y Amanda debería perder su trabajo en las minas para cuidar de los pequeños, sin embargo, un pequeño error lo tiene cualquiera y acabaron concibiendo a la pequeña Nerwen.

La vida de los Thomson se volvió un poco más complicada pues solo había un sueldo para alimentar tres bocas. Amanda, no obstante, tras unos meses y aún con Nerwen muy chiquita, tomó la decisión de volver a las minas para tener pan con el que alimentar a su hija. Para no dejar a la niña sola, la llevaba cada día con una amiga de la Ciudad con la que se llevaba bien desde la escuela, habían tenido una gran amistad y Shane jamás tuvo reparos con quedarse con la pequeña, ella también tenia una bebé de meses así que era fácil. Sin embargo, un día, en una explosión, los Thomson fallecieron. Shane se quedó con un bebé de a penas seis meses que no pensaba entregar a un orfanato, había visto que hacían con esas desgraciadas criaturas así que la adoptó.

Nerwen creció en su nueva familia. No fue muy feliz pues siempre creyó que no pertenecía a la familia, se sentía extraña y pese a que su relación con su hermana siempre fue excelente, cultivo un carácter más agrio y gruñón que Vee (la hija de Shane). Habiendo pedido algunas teselas de más por culpa de que su padre adoptivo perdió su trabajo y ahora solo entra el sueldo de Shane, su nombre fue elegido para representar como tributo femenino el distrito doce durante los septuagésimos cuartos y medio juegos del hambre. Fue proclamada vencedora tras una ardua batalla en el campo y varias semanas sobreviviendo en la arena, además, junto a su victoria también llevó un recuerdo de quien fuera (y será) el amor de su vida, el cual murió en la batalla final de los juegos, Jedian Riverside: dos preciosas niñas que nacieron ocho meses después. La vida de Nerwen a partir de ese momento se tornó más sombría, pasó unos meses alejada de todo el mundo, inmersa en una depresión hasta que conoció a quien sería su mejor amiga (Tangerine Frazer) y su mejor amigo (Julius Tumblrman) ambos padrinos de las niñas. El embarazo de la mentora fue algo difícil por la situación que la rodeaba pero terminó dando a luz tras una entrevista un tanto comprometida a los mentores ante del vasallaje de los veinticinco. Nacieron entonces, Neremaja y Jedalaike las cuales cambiaron el mundo de Nerwen a niveles muy profundos pues además de protegerlas con su vida, Nerwen debe hallar el método que dentro de unos años sus nombres no entren en la urna para ser elegidas como tributos, a raíz de eso, la pelinegra esta metida (sin querer y queriendo) en problemas con el Gobierno de Panem