CAMINO DEL SUR.

Ver el nuevo camino que tomamos fue desalentador. Sí que había el valle a un lado y parecía que era menos húmedo pero... Seguía siendo un camino de tierra roja que no parecía augurar nada bueno. El laberinto aún había sido como un pequeño oasis dentro de nuestra desesperación y... ahora estábamos más calmados mentalmente, porque habíamos explotado allí dentro. En todo caso sentía la cabeza más despejada, hasta que empezó a salir el sol mientras caminábamos. Elegimos un paso no demasiado rápido, pero tampoco lento. Queríamos dejar algo de tiempo para que Ostro nos pillase y que no nos alcanzaran los otros tributos, que no parecía una buena forma de empezar el día.

Vanille y yo íbamos agarrados de la mano tan solo por un par de dedos. Yo al menos tenía la palma sudorosa y la piel de todo el cuerpo tan roja que si me ponías un cangrejo al lado, se camuflaba. Esa vez no me quité la camiseta, al menos por el momento. El verde del valle de al lado era intenso y observarlo me refrescaba un poco, aunque solo fuera mi imaginación. Con los dedos de mi otra mano jugueteaba con la empuñadura del cuchillo y con las tiras colgantes de la cinta de pelo de Vanille, alternativamente. Ya había decidido que no pensaba quitármela ni aunque muriese. Si es que alguna vez devolvían mi cadáver al distrito 8, quería que me incinerasen con ella puesta y así vendría su recuerdo conmigo.

El camino me pareció menos corto, porque a pesar de llevar un ritmo moderado, por algún extraño motivo sentía que estábamos cerca del final y que llegaríamos a él en cualquier momento. A pesar de que seguía esperando que apareciera Ostro, blandiendo su espada, con cara de desesperación.

*Entro, navaja y cuchillo uno en cada mano*

Llevar un paso más lento nos relajaba, aunque el dolor de cabeza punzante que tenía no ayudaba mucho a que todo pareciera algo mejor. Sin embargo, tener a Vanille, agua de sobras y comida hacía que todo mejorase un poco. Observé su trencita, que se había hecho mientras empezábamos a caminar, me gustaba. Le quedaba bien el pelo trenzado, recogidito hacia un lado. Yo seguramente tendría el pelo rizado hecho una mierda, revuelto, sucio, grasiento... Aunque estaba seguro que a Vanille los estilistas le echarían algo que haría que su pelo no se ensuciase. O al menos eso me parecía, quizás estaba imaginándolo.

De un momento a otro la chica se puso a hablar y volví a mirarla, porque yo también me había preguntado para qué serviría y no pude encontrar una respuesta coherente. Tampoco me había sentido con muchas ganas de pensar en ello, porque quizás era una trampa del capitolio para hacernos pensar cosas que no eran y luego darnos la puñalada por la espalda.

- Quizás si es una puerta. - directa a nuestra muerte. No me gustaba pensar así pero era una posibilidad. - A mi me gustaría que fuera una habitación con sofás y mucho chocolate. - comenté, para darle conversación, porque eso parecía darle ánimos. Había sido un fallo quedarme callado todo el rato. Bueno, es que era mi personalidad, no podía evitarlo. Negué con la cabeza cuando me preguntó si sabía nadar. No había tenido nunca una oportunidad para aprender a nadar y en el centro de entrenamiento no había habido piscina para que pudieran enseñarme. - ¿Tú si? - pregunté, alzando un poco las cejas, antes de que ella continuara hablando y preguntando.

Me sorprendió un poco que preguntara por mi vida., alegando que una pareja debería saber cosas del otro. Hombre, tenía razón, pero nunca me había gustado hablar de mi mismo, aunque hablar en general tampoco. Me encogí un poco de hombros, hasta que quiso saber de mis padres, que seguramente me estuvieran viendo en aquel momento, o quizás después en alguna retransmisión. Aunque no sabía dónde podían estar las cámaras en el desierto, ¿bajo las piedras?

- Es una familia normal. - contesté, encogiéndome de hombros. - Mi padre, mi madre y yo. No tengo hermanos. - le conté, agarrando algo más que dos dedos de su mano, prefería tomarla entera. Me reconfortaba. - Sé que tu si tienes hermanos. - añadí, dándome cuenta que quizás me habían visto en el episodio anterior. Cuando estábamos tumbados en medio del desierto... Ay madre, que quizás, si salía vivo de allí me mataban ellos. Tragué saliva, intentando no pensar en lo mal que había quedado, poniéndome... de aquella manera en un momento. ¡Y mis padres mirando...! ¡Y los suyos!

*Salgo del lugar*

*Entro, cuchillo y navaja en mano*

*Espero*

*Entro con un cóctel molotov en una mano y el hacha preparada en la otra*

*Lanzo cóctel a Kayla*

*Esquivo*

^*dada*

*me acerco a thomas*

*hachazo a Kayla^*

*Esquivo*

*Esquivo*

*hachazo a Kayla*

*Esquivo*

*hacahazo a Kayla*

*Esquivo*

*hachaoz a Kayla*

*Esquivo*

*me alejo*