Soo-Joo Kingjay Ju.

Veintricuatro de febrero. Mañana alborotada para la familia Kingjay Ju, con la llegada de dos nuevos diablos al mundo. Un día poco lluvioso, para nada hacía sol. La sala estaba casi vacía, solo los familiares más cercanos, como la madre dando a luz (obviamente), su marido y el padre de esta. Los demonios salieron casi agarrados. Primero salió el crío, que agarraba la pierna derecha de su hermana melliza. Con sus pocas fuerzas, apenas notables y la de su madre, salió su hermana, intacta. Nombrada Soo-Joo a la dulce niña que lloraba entre los brazos de una enfermera y Shein-Lee, como su padre, al niño. Los padres de los niños, son de razas similares, coreana y chino. Los niños aparentemente mezclan las dos, pero la muchacha crece con rasgos coreanos y extremadamente atractivos.

Se criaron en una familia bastante elevada en el tema del dinero. Su padre se dedicaba al robo y su madre a la prostitución, mientras que el abuelo cuidaba de sus nietos. Para él eran mejor que sus cientos de bonsais, que habitaban en el jardín trasero. Sin embargo, eso no influyó en la chiquilla, que a temprana edad, se dedicó a la ciencia. Disecaba insectos, abría animales para observar su interior y observaba las plantas. Además aprendió a fabricar medicamentos con plantas medicinales y se informo sobre las ciencias de la salud. Su abuelo decía que su pequeña saltamontes, porque todo lo que hacía, lo había aprendido de él. Era la más lista de la escuela (algo difícil en el Distrito 03, con tanto intelectual) y así hubo discriminación además por tener rasgos coreanos. El carácter sanguinario y frío surgió en la chica, alejándose de todo lo que le rodeaba, volviéndose bastante antisocial.

Un día, sus padres no volvieron del trabajo. Soo-Joo volvió del colegio con su hermano y el abuelo, su maestro, los llevó al centro del Distrito. Parece ser que era más inteligente que su hermano pesé a su edad. Ella sabía perfectamente lo que ocurría. Siguió a su hermano y se pusieron en primera fila. Vio a sus padres y a sus compinches, tirados en el suelo. Unos ahorcados y su madre con un disparo, sangrando. Buscó la protección de su abuelo y ahogo sus lagrimas en él, abrazando su cintura.

Cuando creció y entró en su nombre en la urna, no hubo problemas. La suerte iba de su parte. Pero su abuelo, los instruyó. Les enseñó artes marciales, a manejar armas caseras, pero letales. En estos años, Soo-Joo dejó un poco sus experimentos y se dedicó a la prostitución, cuando salía de la escuela, para llevar a la familia al día. Además, ayudaba muchísimo en casa, preparaba las comidas y en su tiempo libre, pintaba y tocaba la flauta travesera, algo que le costó muchísimo conseguir a su abuelo. Pero lo hizo por su nieta.

En la actualidad, con dieciocho años, Soo-Joo está más que instruida en las artes marciales y el armamento que su abuelo les podía dar a utilizar. Tenía unos rasgos bellísimos, pero ella se negaba a entrar en una relación (ya no trabajaba como prostituta). Solo tenía una, con su camaleón, Yoyo. Otro regalo de su abuelo, desde muy lejos. La pequeña saltamontes se volvió a dedicar a sus experimentos y no abandonó el arte y la música. Ahora todo en ella es inspiración y buenas vibraciones. Un alma letal que solo le hace falta hacer fuerza en el gatillo para dejar explotar. Ahora es una mujer sobre los pies de una niña fuerte y sabia.

Una chica de rasgos coreanos y muy atrayente. Soo-Joo es una mezcla un poco de chino-coreano, pero los rasgos coreanos destacan más. De tez blanca, como la nieve. Rasgos faciales pequeños y ojos muy grandes, negros como el azabache. Su cabello es largo y negro como sus ojos, que le llega por el pecho. Parece frágil, pero está hecha de acero inoxidable. De extremidades fuertes y rígidas. Suele vestir ropa de colores oscuros, exceptuando al blanco y al rojo, que siempre los combina con un lazo rojo.

Soo-Joo es la listilla. La sabelotodo de la familia. La que siempre suele tener una respuesta para todos. Además de ser inteligente, es ágil, astuta y eficaz. Siempre que estés con ella, te encontrarás en un ambiente hostil lleno de borderías, por su parte. Soo-Joo aprendió que todo el mundo no era bueno, y que había gente para todo. Amante de la sangre y de los sufrimientos. Suele planearlo todo con todos los detalles y todas la precauciones. La vida no tiene casi ningún obstáculo para ella. Puede ser plena para ella. También, Soo-Joo está casi todo el día relajada y inspirada para hacer las cosas que le gustan. Pero si le trastornan cual nervio de la cabeza puede llegar a hacer barbaridades, solo con sus frágiles manos.