PLATÓ ENTREVISTAS| 76º y 1/2 JDH

por **April Regoretko** Mar 26 Mar 2013, 03:29

PLATÓ ENTREVISTAS
ENTREVISTAS DE LOS SEPTUAGÉSIMO SEXTOS Y MEDIO JUEGOS DEL HAMBRE.

april regoretko

PLATÓ ENTREVISTAS| 76º y 1/2 JDH Bloody_-caccola

presentadora de los septuagésimo sextos y medio juegos del hambre

programa

1. PRESENTACIÓN DEL ACTO Y TRIBUTOS.
[A continuación].
2. TRIBUTOS EN EL BACKSTAGE.
[Posteo de tributos en el tema del backstage AQUÍ
3. COMIENZO ENTREVISTAS INDIVIDUALES.
[Se postean todas las preguntas en este tema. Los tributos podrán responder en cualquier momento que quieran.]
CIERRE DEL ACTO.
[Post final.]

let the show begin!

April llevaba toda la tarde en maquillaje, pero no se sentía lo suficientemente guapa para exhibirse delante de todo Panem. Estaba nerviosa, muy, muy nerviosa. No podía dejar de pensar que lo que hiciese aquella noche condicionaría el resto de su vida. Podía convertirse en una periodista de éxito o también podía hundirse en la miseria. Pidió una copa, le daba igual de lo que fuese, la necesitaba para calmarse. Lo tenía todo preparado: había investigado sobre todos y cada uno de los tributos, había pensado preguntas, las había escrito… llevaba un pinganillo, por si acaso se quedaba bloqueada, pero aun así no podía evitar los nervios de última hora. Sentía que sus innovaciones no iban a ser bien acogidas, y eso era lo peor.

Un avox trajo su copa. Sin dudarlo un momento April se la bebió y la devolvió vacía en un segundo. Ahora necesitaba lavarse los dientes, no quería oler a alcohol… sobre todo si después de la entrevista conocía a celebridades capitolinas, o a la mismísima Winter.

Avisaron de que ya era la hora de salir a escena. La joven periodista repasó por última vez, deprisa, mientras corría por los pasillos del edificio, las preguntas del guion que se había preparado. Pasó al lado de los tributos por el backstage, saludó con una amplia sonrisa, pero no pudo detenerse más.

Llegó al escenario. Antes de salir cerró los ojos con fuerza y respiró profundamente un par de veces. Cuando se sintió preparada avanzó hacia el centro del escenario. El público estalló en silbidos, aplausos, exclamaciones, etc, incluso llegaron a lanzar flores al escenario.

- ¡Bienvenidos a los 76º y medio juegos del hambre! - April saludó al público y lanzó unos cuantos besos al aire. - ¡Ay madre, qué nervios!, ¿tenéis ganas de ver a los 24 tributos que tanto están causando sensación? ¿Tenéis ya un preferido? ¡Espero ayudaros a encontrarlo esta noche! ¿Emocionados? ¡Entonces no esperemos más! ¡Demos comienzo a las entrevistas!

por **April Regoretko** Mar 26 Mar 2013, 10:32

Distito 1:

Distito 2.:

Distito 3.:

Distito 4:

Distito 5.:

Distito 6.:

Distito 7.:

Distito 8:

Distito 9.:

Distito 10.:

Distito 11:

Distito 12.:

Off: Espero que os gusten y os lo paseis bien respondiendo.

por **Giles Canterville** Mar 26 Mar 2013, 11:07

Cuando Giles sintió su nombre magnificado por el micrófono de la presentadora, salió al escenario. Un cúmulo de flashes le golpearon en la cara, eran capitolinos que deseaban verle por primera vez. Dio varios pasos hacia atrás y se dio cuenta que April quiso darle dos besos algo tarde, reaccionando torpemente a éso. Varias personas del público rieron.

El chico se sentó al lado de la rubia, mirando el color de su piel. Era preciosa, no como otros engendros que tenía como tributos. Cuando April empezó a hablar, Giles la escuchó atentamente. Estaba concentrándose porque sabía que esta era la oportunidad de lucirse. Giles no haría caso a su mentor y se mostraría tal y como es, un completo seguidor de Panem y Winter, un fanático de sus normas.

¿Que qué me ha parecido?. - repitió retóricamente el rapado -Es una maravilla, April. Siempre he soñado con ver esto. Ver el orden, el avance tecnológico e intelectual que tiene el Capitolio. Conocer sus leyes y sus calles...Creo que el Capitolio había nacido por reinar por encima de otros distritos y así me lo ha demostrado. ¡Estoy tan orgulloso!. - Giles hablaba emocionado, pues no había mentira en sus palabras. Admiraba Panem y lo reconocería delante de todo el mundo.

En el plató, había un silencio. Giles intentó no mostrarse incómodo y siguió con la entrevista, esta vez sobre el sector femenino.

- Bueno Bethany no está mal y no es su caso, pero hay mucho tributo, tanto masculino y femenino que no debería estar aquí. No cumplen con el cánon Panemiano. No sienten lo que siento yo por Panem, no sé si me explico - el chico se movió del asiento hacia April - No podría estar con alguien que no amase Panem como yo. - entonces sonrió hacia la cámara, lleno de emoción. Acababa de decir que había tributos que le daban asco y ellas ya sabían quienes eran y hacía un combo con el sentirse de Panem de nuevo.

- ¿Un deseo? - dijo que me dejaran organizar unos Juegos. Los he visto tantas veces que tengo muchas ideas en la cabeza - sonrió de nuevo, mirando a la cámara, pero esa sonrisa había algo distinto. Era calculada y escondía odio y rabia hacia cierto sector de población despreciable.

Al final se levantó y se despidió de April, saliendo de ahí antes si no hacer un señal panemiano.

por **Dalkiel A. Nevalainen** Mar 26 Mar 2013, 11:20

Veo con atención la entrevista a mi compañera de distrito, curiosee algunas de los que se entrevistaron antes que yo. Me preparo para salir, cuando dicen que me toca. Espero que diga mi nombre para salir con una sonrisa en mi rostro, miro allí a todos los presentes que me reciben con aplausos y algunos chillidos, ensancho mas mi sonrisa y respondo a los besos de April. Me siento en el asiento sin borrar la sonrisa de mi rostro. Me muerdo el labio ligeramente y me río un poco cuando dice lo de mis ojos. - ¿Si? Pues de cerca son incluso mas bonitos. - Bromeo un poco.- No, en verdad es lo único que tengo de mi madre. - Digo con una breve sonrisa, asiento a lo del cuerpazo. - Tampoco es para tanto y si entreno. Aunque mas bien por mi padre, ya mi hermano murió en unos juegos y desde entonces ha decidido entrenar a los dos hijos que le quedan. - Respondo mordiéndome en labio. - Pues sinceramente no, no es algo de lo que uno pueda prepararse pero estoy mentalizado en que voy ha dar todo de mi, por salir de ahí.- Respondo acomodándome en el asiento un poco, sin borrar la sonrisa de mi rostro.

Me paso la mano por el mentón ante la siguiente pregunta y niego. - La verdad es que no me he preparado ninguna estrategia, ni tengo ninguna alianza. No me ha dado tiempo aun, pero creo que por lo primero prefiero ir solo. Conforme vaya avanzando, quizás piense en hacer alguna alianza. - Respondo con sinceridad, apoyando mi mano en el sillón, sin dejar de mirar a April y al publico que miraba expectante. Suelto una pequeña carcajada con la siguiente pregunta. - Teniendo en cuenta que no he venido nunca, me ha parecido cautivador, increíble. Y muy curioso. Y yo ya de por si soy curioso. Así que me ha gustado todo. - Hago una pausa y pongo carita de pena.- Digo la verdad cuando confirmo que hay algunas capitolianas son muy hermosas. - Sonrio de lado.- Y sobre las chicas, no he podido conocer a muchas, pero he de admitir que hay algunas muy bellas y que parecen femme fatale, debería tener cuidado con ellas, pese a que este soltero. - Respondo con una breve risa.

Me levanto con April, sonrio al publico al que saludo con una mano. Mientras escucho lo que dice April al publico, que empieza aplaudir. Devuelvo los dos besos en la mejillas, para salir después del escenario tras haberse despedido del publico. No había estado tan mal.

por **Nirvanett W. Adjani** Mar 26 Mar 2013, 12:58

Escucho a la presentadora pronunciar su nombre y su rostro palidecio levemente, por dios, prometió no sentir nervios y estaba haciendo todo lo opuesto. Estaba más nervioso que nunca. Tomo aire, se calmo, y entro al escenario; formando en sus labios la mejor sonrisa que tenia, su físico era un punto a favor y lo usaría. Camino hasta April, la entrevistadora, se extrañó de no encontrar a Jullius, pero en fin, ¿quien era allí para cuestionar a el Capitolio y sus entrevistadores? Saludo de igual forma a la rubia, riendo un poco por la presentación que le había dado, se sentó. Le daba tan rara sensación el sentir que se encontraba en televisión, en vivo, y que posiblemente Gin y Willah estuviesen observándolo. Prim no le preocupaba tanto, ella sabia que la mayoría de sus palabras ahí no eran ciertas.

¿En serio le estaba hablando de Hammeline? ¿pero y si Gin los estaba observando? ¿que pensaría de él? Estaba en un completo enredo.

—Antes tengo que felicitarlos por vuestro personal, me han atendido muy bien, los Capitolinos son muy amables y más agradable de lo que dan a ver. La comida aquí es muy extraña pero no por eso deja de ser deliciosa, ¡por cierto!, las duchas aquí son geniales —pronunciaba, y las palabras le salían muy normales, durante todo ese transcurso, no borraba esa sonrisa de su rostro—. Y sobre Hammeline, bueno, ella es una chica muy bonita, bastante simpática y una muy buena amiga, pero no creo que llegásemos a ser más que eso, es que, bueno, hay alguien más —dijo, refiriéndose obviamente a cierta persona, o personas...

Mentía si decía que la siguiente pregunta no lo había sorprendido del todo, ¿y ellos cómo sabían de Gin? Y ahora ya la habían nombrado en televisión, seguida del nombre de Hammeline, ¿en serio? Entre otras preguntas muchas más estúpidas, se aclaro la voz, se acomodo en la silla, y se digno finalmente a responder, pensando en una respuesta bien formulada, le gustaba decir las cosas claras y precisas, sin un solo error, ahora, tenia que ganarse a los capitolinos.

—¿Como saben de Gin? Por dios, ella va matarme en cuanto regrese por esto —comento, entre algunas risas—. Como les dije, Hammeline es muy hermosa, una excelente amiga, pero no puedo mentir, Gin es quien se ha ganado mi corazón —hizo una pausa—. Ella, bueno, ella es tan agradable, tan dulce, tan.. Así; puede que suene demasiado cursi, pero me enamoré de ella, y no ahora, esto, lleva mucho tiempo —su tono de voz había cambiado a uno mucho más suave y tranquilo, se notaba la sinceridad en su voz y cierto grado de dolor—. Supongo que no hace falta que lo diga, la elijo a ella. La extraño tanto, tanto, es muy doloroso tenerla tan lejos, pero se que volveré a verla, voy a regresar y no la dejare ir, nunca más, lo juro —dijo, casi en un susurro. Como si le estuviese hablando especialmente a ella, como si nadie más a parte de ella mereciese escuchar esas palabras. Porque nadie lo hacia, en ese momento no buscaba patrocinadores, sino que solo cinco minutos más junto a ella. Se le formo en el rostro una notable mueca de tristeza, después de escapar de allí le esperaba una larga sesión de llanto en el baño, fue más doloroso de lo que sonaba, y con eso, esperaba al menos haber llegado al superficial corazón de algún capitolino. Un nudo se le formo en la garganta pero el show tenia que continuar.

La tercera pregunta fue la que logro llegarle en lo más profundo, inculcarse en él, dolerle como una misma puñalada, pero lo soporto. Aclaro su voz una vez más y procedió a contestarle:
—Antes de los juegos, yo y ella teníamos un trato hostil continuo. Discutiamos todos los días por diferentes razones —contesto— . Ehm.. Creo que esto le afecto, ¿a quien no le afecta que tu hermano salga elegido en los juegos del hambre? Espero que ella este bien, porque no soportaría que se sienta mal por mi culpa, ella es fuerte, ella podrá lidiar con esto —continuo—. Bueno, ella no me dijo nada, solo me abrazo, pero con eso creo que fue suficiente, ella y yo comprendemos el significado —dijo finalmente.

Luego, lo despidieron. Elevo su mano, despidiéndose de el publico, esperando que Gin se sintiese mejor con ello, al igual que Prim. Dio una última sonrisa al publico, observándolos con esas orbes azules, y luego, regresando a la sala, esperando observar la reacción de los demás.

por **Perceus Thompson** Mar 26 Mar 2013, 13:03

Esperé ansiosamente sentado mi turno, sin siquiera ver las entrevistas de los otros, ni siquiera vi a la presentadora hasta el minuto en que estuve frente a la escalera y logré divisarla cuando despedía a Quimone y me guiñaba el ojo. Su rostro me fue totalmente familiar. La conocí hace muy poco en la fiesta del distrito O9 junto a Daniel y Lieve, cuando le aplicaba maquillaje y yo interrumpí para besuquearlo y sacarle celos a Dani. Lo recuerdo perfectamente. ¡Curioso es el tributo al que estoy a punto de presentar! Otro pelirrojo explosivo traído del distrito 10. ¡Estamos ansiosos por saber todo sobre nuestro querido Perceus Thompson! ¡Recibámosle con un gran aplauso como él se merece! -exclamó antes de que una mano jalara de mi bata para sacármela y me empujara dentro del set.

Apariencia:

Primera vez que veía al hermoso traje que me habían confeccionado en esta ocasión. Un perfecto arcoíris relucía en todo el traje brillante. Una sonrisa se desplegó en mis labios al verlo, lo que me dio seguridad y confianza. Besé dos veces a April, susurrándole al oído: Un gusto verte de nuevo. Sonreí a la cámara e inmediatamente pasé a sentarme. Ponte cómodo, amor -fueron las palabras de April. El público me aclama con total alegría, ya que gracias a ellos fui el tercer lugar en el desfile. Saludo a todo el público lanzando besitos a la cámara y con una sonrisa impecable en mi rostro. El público al fin se calma para escucharme y April dirige su primera pregunta que escucho con atención.

Este año hay muchos tributos voluntarios, pero es raro que sean de la periferia, como tú, todos sentimos curiosidad. Sé sincero, ¿conocías al chico que salió seleccionado y querías impresionarle?, ¿qué pasaba por esa cabecita pelirroja en esos momentos? Tengo que confesar que a todos nos pareció muy sexy tu intervención, pero no por ello te vas a librar de hablarnos de tu vida amorosa, ¡empieza a soltar prenda!. Sonrío con nerviosismo al terminar sus preguntas. Son muchas en tan solo una, por lo que aclaro mi mente y mi garganta antes de responder: Bueno, partiendo por el inicio -río, saludando al público. Muy buenas noches -aclaro. Respondiendo a tu primera pregunta, eh, si conocía a Charles -me acomodo hacia atrás en la silla, cruzándome de piernas en total confianza y estirando las manos hacia delante para explicar la situación. Y aprovecho de enviarle un saludo si me está mirando -lanzo un beso a la cámara. Pero, no lo conozco de esa manera que tu piensas -vuelvo a reír. Y no me ofrecí para salvarlo, la verdad -un suspiro generalizado se oye en el público. Aun que no voy a negar que es bastante guapo -digo para que no se desanime el público y sonrío a la cámara. Pero mis intenciones iban por otro lado, en realidad -hago una pausa. ¿Ves el traje que llevo esta noche? -digo descruzando mis piernas y poniéndome de pie. Es por esto -toco los brillos del traje. Como ya saben... el arcoíris es el símbolo de las personas que pertenecemos a una comunidad. Y yo represento a la comunidad homosexual, y todo esto lo hago por ellos -indico a la cámara, doy un giro, en que mi traje brilla como un arcoíris de verdad, dando destellos por todas partes y vuelvo a sentarme. Para que no se avergüencen de su verdadera identidad y demostremos que también valemos -continúo mientras recibo aplausos innatos del público de pie, lo que aprovecho para tomar un sorbo de agua. Se me ocurre una pregunta comprometida: Si tuvieses que elegir a un tributo de los de este año, ¿con cuál te quedarías? -interviene April. Pienso un segundo y digo en tono serio mientras dejo la copa en la mesa y entrecruzo mis dedos, inclinándome hacia delante. Si hay alguien -miro a la cámara. Y si, es un tributo. Un silencio cortante atraviesa todo el set. Pienso la manera más cordial de decirlo sin que la persona a la que voy a nombrar se sienta avergonzado. Y ese es Ariel -April me mira extrañada, por lo que continúo dirigiéndome a él mediante la cámara: Espero que me escuches y veas que intentaré ganar tu corazón cueste lo que cueste -la gente aplaude mientras envío un beso a la cámara. Me encanta tu manera tan tierna de ser -hago un gesto de ternura y comienza la segunda pregunta.

Esta pregunta es un poco más superficial, por lo que respondo con cautela para así no molestar a ningún capitolino. Perc, en estos juegos abundan los pelirrojos, ¿no te parece? Tengo que preguntarte por tu pelo, ya sabes que tus fans querrán seguir tu estilo, y tintarse el pelo como tu… los que no lo hayan hecho ya, claro. ¿Cómo te lo cuidas?, ¿qué tinte usas?, ¡ay, estoy dando por hecho que no es natural!, perdona por no habértelo preguntado antes, ¿lo es? Sonrío por los comentarios de April y respondo: Si, he notado la abundancia de pelos rojos en esta edición de los juegos, pero a diferencia del resto, mi pelo es natural -respondo y luego sacudo mi brillante cabellera. ¿Les gusta? -pregunto al público que grita enloquecido. Pues a mi también -río junto a April, dándole la mano. Ambos nos transmitimos confianza y se nota nuestro fiato, por lo que pasamos a la tercera pregunta.

Un reto me espera aquí, y yo la verdad no se como reaccionar cuando un foco me apunta todo el tiempo. ¡Hace mucho que no toca reto! Nos estamos empezando a aburrir, así que te ha tocado, Perc. El último reto del beso de la noche, después anunciaré al ganador. Ya sabes cómo va, lo has visto en las entrevistas anteriores, pero te lo recuerdo: en el poco tiempo que te queda de entrevista tienes que conseguir besar (con un pico vale) a más gente que el resto de tributos que se haya enfrentado a este reto, ¿crees que puedes conseguirlo? ¿Preparado, listo? ¡Ya! -April exclama el punto de partida, y yo no atino más que acercarme a ella y lanzarme a sus labios en un efusivo beso. Me separo de ella que ríe sin control y yo también. Luego bajo con el público que me grita y se lanza a mi. Abrazo a la multitud entre besos a hombres y mujeres llenos de lujos, cabellos de colores, ropa fina y perfumes exquisitos. El contador ya va en más de 3O segundos y yo he besado a las cinco primeras filas. Mi nervio crece, hasta que salgo de entre la gente y voy besando a los camarógrafos que quedan impresionados. Luego subo al escenario donde April se encuentra sola y sentada. ¿Quieres otro? -le digo tomándola del rostro y plantándole un beso apasionado, inclinando la silla hacia atrás. Me despego haciendo un sonido de pasión mientras el público se vuelve loco y lanza de todo hacia nosotros. El sonido que hacen es avasallador y casi me ensordece. Supongo que el espectáculo les gusta, por lo que sonrío y me siento a escuchar sus vítores. Y ustedes... ¿Quieren más? -le pregunto a la multitud enardecida. Pues, prometo que si salgo de los juegos, los besaré a todos y a todas en donde quieran -río picaramente y me levanto de mi silla junto a April, que alza mi mano y me despide del público. ¡Perceus Thompson, del distrito 10, para todos ustedes!. Doy dos besos en sus mejillas y salgo agitando mis brazos y bajo la escalera que hay en el costado.

Al bajar, todos me felicitan y abrazan por lo que he hecho, mientras yo solo exclamo por un poco de agua. Armelia me trae una botella, que me tomo enseguida y me siento cansado sobre una silla cualquiera. Suspiro y cierro los ojos para esperar el fin de la trasmisión.

por **Shantabia Kal Bouetatimba** Mar 26 Mar 2013, 22:13

-Con todos nosotros, desde el distrito 11, demos la bienvenida a una joven muy especial. No es nada más y nada menos que la increíble ¡Shantabia Kal Bouetatimba! ¡Un aplauso para ella!- Oh Dios. Ese es mi nombre. Es mi nombre. Tengo que salir. Pero mis piernas no responden. Me sereno, cojo aire y decidida doy unos pasos hacia el escenario, regalando al público mi mejor sonrisa. Ellos, junto a April, aplauden con entusiasmo. Supongo que es fingido, pero espero que como mínimo algunos estén contentos de verme. Soy de los últimos distritos y eso nunca es bueno. Los saludo alzando la mano aun con mi deslumbrante sonrisa dorada. El nerviosismo ha desaparecido. Me siento bien sobre aquel escenario, me gusta. Me gusta ser el centro de atención en aquel momento. Me gusta actuar, ¡Claro! Teatro, no es nada más que eso. Soy una actriz interpretando un papel. Me digo. Y me dirijo a April que me da dos besos a los que yo correspondo sin pensarmelo dos veces. - Toma asiento, acomódate.- me dice Arpil. Obedezco y me siento igual que ella también lo hace. Empieza el show. Pienso.

-Bien, bien, bien, Shantabia, quiero que sepas que no pasas desapercibida, eres preciosa y tienes una sonrisa encantadora… tampoco hay que despreciar el trabajo de los maquilladores, claro, no todo es belleza natural -April rie, y el público lo hace con ella. Si bien, es cierto que mi equipo ha hecho un trabajo genial para esta noche. Luzco muy bien, de hecho, brillo gracias a los invisbles led que lleva el vestido. La luz se ha atenuado para que mi vestido resplandezca más, y los toques de maquillaje dorado en mi piel también parecen desprender algún tipo de brillo. Parezco el sol sobre un capo de trigo. Me encanta.- Pero no te preocupes, ¡nadie es perfecto, y esta noche estás muy guapa! Ese vestido que llevas ahora mismo es ideal, me encanta, ¿crees que me valdrá para alguna ocasión? –April saca la lengua y yo no puedo evitar reírme. Una carcajada limpia y comedida, formal y natural, juvenil- Háblanos de tu estilo.-me pide. Asiento.

- Bueno, la verdad es que no tengo un estilo predefinido. Llegar al capitolio ha sido algo genial porque he visto cosas tan distintas a lo que veo en mi distrito que pensaba que iba a volverme loca. Me encanta la moda ¿sabes? Pero es algo que está fuera de mi alcance, ya sabes, en el 11 recolectamos, no diseñamos -me río un poco antes de continuar- Este vestido, por ejemplo, parece sencillo, pero es impresionante. ¡Y lleva sorpresa! ¿No te lo crees? Mira mira... -me pongo de pie, y tal y como me pidió alguien en el centro de estética doy una pequeña vuelta sobre mi misma. La cola del vestido revolotea tras de mi. Y cuando paro de la vuelta. El color dorado del vestido se desplaza hacia abajo, como si estuviera saliendo del vestido, y deja paso al azul propio de un cielo nocturno, con los degradados propios de una puesta de sol. Y eso parezco, un sol poniéndose tras los campos de trigo. Al final todo el vestido acaba de color azul oscuro y unos diminutos leds blancos brillan, figurando estrellas por todo mi cuerpo. Miro al público que se ha quedado mudo y sonrío, a la vez que hago una pequeña reverencia, con ella, el color amarillo vuelve a su lugar, pareciendo así un amanecer hasta que el vestido vuelve a ser dorado. Me giro y vuelvo a tomar asiento junto a April- ¿No crees que es fabuloso? Me encantaría poder hacer piezas como estas. No sé quien ha hecho el vestido, el estilista no se ha presentado ante mi, pero hubiera querido felicitarle, y darle las gracias por hacerme parecer una puesta de sol tan hermosa. -evito el tema de la coliflor en la cabeza y dejo que April pase a la siguiente pregunta.

-No queremos aburrir al público, todo el mundo hablando bla bla bla, vamos a hacer algo más interesante que unas simples preguntas. He oído que te gustan los animales, pero que en tu distrito no has tenido grandes ocasiones para conocer muchos, así que hoy voy a ayudarte. Verás, tengo aquí tres cajas tapadas con una tela, quiero que metas la mano en las que quieras y me digas de que animal se trata, ¿te sientes con fuerza?

Me levanto de inmediato asintiendo decidida y con energía. Dadme retos, y yo los hago. No temo porque sé que el capitolio no me haría daño antes de entrar en la Arena, se quedarían sin un tributo. Y no es plan. Un avox trae las tres cajas en una mesilla con ruedas y las pone delante de de mi para que pueda realizar la prueba. Meto la mano decidida en la caja del medio, en la segunda. Toco el animal, es... Da un poco de grima, pero reconozco al instante el tacto de las arañas en en los arboles del 11, cuando trepo a ellos, muy a menudo me encuentro con estos bichejos. Saco la mano y miro a April.

- ¡Oh! Esto son arañas. -digo. April asiente y quitan el trapo de las cajas- En el 11 hay arañas, no tan grandes como estas, desde luego -abro los ojos al ver el tamaño del bicho y entre el público se oyen quejidos de asco. Si les tocara vivir en un distrito... Evito un suspiro resignado y aun con mi sonrisa meto la mano en la primera de las cajas. Acaricio el pelaje suave del animal y aguardo, al fin encuentro dos orejas largas y sorío- ¡Es un conejo! ¡Adoro los conejos! Me hubiera gustado tener uno como mascota -expreso. Después voy directa a la tercera caja y meto la mano igual de decidida que en las otras dos. Plumas. Es lo que noto al tocar al animal. Un Sinsajo. Peienso. Pero reprimo ese nombre, porque se que a los del Capitolio no les haría gracia que exclamara Sinsajo en mitad de un escenario en el que me ve todo Panem- Un pájaro, es un pájaro, tiene plumas. -digo finalmente. April aplaude y con ella el público, se llevan las cajas.

-Eres decidida, ese es un buen atributo para lo que vas a vivir en estos días, te irá bien. Por último háblanos un poco de ti, en el tiempo que nos queda, ¿qué nos cuentas de tu familia?-nos hemos vuelto a sentar. Miro a April y luego al público. Sonrío- En mi familia somos cuatro hermanos y mis padres. Somos familia numerosa, pero nos las arreglamos como podemos. Adoro a mi familia. Nunca me ha faltado amor. Tengo dos hermanos pequeños. Uno lleva dos años en la cosecha, y el otro entrará el año que viene. Mi hermana mayor nunca ha salido elegida, y si hubiera salido antes, yo hubiera llegado aquí antes. Tengo ese afán sobreprotector, supongo. -me río- Además ¡El capitolio es impresionante! ¿Quien iba a dejar que su hermana mayor viniera aquí a ver toda esta moda y quedarse en casa? -intento darle un toque de humor, pero la sombra de la tirsteza se apodera de mis ojos. Por suerte, April se pone en pie y me despide, yo hago lo mismo. Me levanto y dejo que ella me despida - ¡Shantabia Kal Bouetatimba, del distrito 11, para todos ustedes!- me da dos besos y me desea suerte. Asiento y me llevo las manos a los labios y les lanzo varios besos al público. Agito la mano en señal de despedida mientras me despiden entre aplausos y salgo finalmente del escenario. Suspiro y me dejo caer en una de las sillas del Backstage. Los nervios desaparecen paulatinamente y decido que lo mejor será ir a mi planta. Necesito comer algo, y descansar.

por **Zhyriatrice Scort** Miér 27 Mar 2013, 00:46

-¡Es el momento de divertirnos y echarnos unas risas! ¡Llegada del mismísimo distrito 6: Zhyriatrice Scort!

Había escuchado mi nombre, no me equivocaba. Me había gustado mucho escuchar las entrevistas anteriores, sobre todo la de Lieveheers de quien me había despedido con aspavientos en las manos. Era siempre taaaan divertido. Cuando me tocó salir, le di un zapato a Alex para desearle suerte antes de salir saltando hacia el escenario mientras saludaba con ambas manos y una plena sonrisa. Adoraba ver a la gente feliz. Abracé fuertemente a la chica que estaba allí y le di mi otro zapato quedándome así descalza. -Toma el pie que está más sano. –Le dije quedándome tan ancha mientras hacía una reverencia tras otra. Mi vestido caído y ceñido acentuaba las curvas que nunca había sabido que tenía y, junto a aquel moño alto, el maquillaje natural y el color tan llamativo del vestido, podía decir que relucía tanto como el sol esta noche. Sonreí a la presentadora y me senté en la silla en plan indio, ¿Por qué no voy a estar cómoda hombre?

– Zhyriatrice, ¿Puedo llamarte Tris? Nos sorprendiste a todos con ese chiste el día de la cosecha. ¡No todos los tributos se toman los Juegos con tan buen humor! Pero nos dejaste con ganas de más. ¡Vamos, Tris! ¡Haznos reír a carcajadas! –Torcí el gesto mientras miraba a la chica hasta que comenzó. Nos íbamos a llevar bien si es que me llamaba Tris. -Claro que sí mujer, pero sólo por ser tú ¿eh? –Le guiñé el ojo volviendo a mirar al público. No solía estar delante de tanta gente pero contaría un par de chistes a ver cuál de todos era el que podía sacarles un par de risas. Risas… esperaba que el distrito seis y en realidad, todos los distritos se animasen un poco con los chistes. Me aclaré la garganta levantándome y dirigiéndome al borde pegando saltitos.

-Hola queridas personas del capitolio y a todos los que me andan mirando de sus respectivos distritos. -Aclaré mi garganta antes de comenzar. - Se abre el telón… Y aparece una gorda y una flaca. Se cierra el telón… Se abre el telón…Y se ve solo a la gorda.
Se cierra el telón… ¿Cómo se llama la película?...
Lo que el viento se llevó. -Seguro que ese lo habían escuchado poco. Tal vez no fuesen mis chistes los mejores del mundo, pero la entonación y la forma que tenía de decirlos hacía que la gente siempre terminase riendo a carcajadas. Se abre el telón… Y aparecen 100 pendrives en una patera.Se cierra el telón…
¿Cómo se llama la película?
Memorias de África. -El público seguía riendo y aplaudiendo. Tenía que terminar con un último antes de retirarme de nuevo a mi asiento por lo que pensé alguno cortito con el que poder echarme atrás criticando un poco algo.- Se abre el telón y aparece un inspector de la SGAE…………….. Se cierra el telón……. Se cierra el teatro. –Y yo me eché hacia atrás para volver de nuevo a mi sitio en medio de aplausos de la gente. Me gustaba contar chistes, fuesen buenos, fuesen malos, no era por ellos, era por mí por lo que se reían. Quién sabe, podría haber sido un bonito bufón en otra época…

--¡Has estado estupenda, Tris! ¡Eres muy divertida! –Entre risas –En el Capitolio a todos nos has caído en gracia, y pensamos que eres una joven enérgica y con un arrebatador sentido del humor. ¡Queremos saber qué piensas tú de nosotros, los capitolinos! ¿Somos amigables, atractivos? ¿Le has echado ya el ojo a alguno en concreto? ¡Cuéntanos!

–Rodé un momento la mirada cuando me dijo que quería saber qué pensaba de ellos. Había visto al público y no quería ofenderles, pero tampoco era de decir mentiras. -Vale, lo digo pero que no se enfaden ¿eh?-Advertí con un dedo amenazador aunque siempre tratando todo aquello como un momento de broma. –La verdad es que tú si me has caído bien, no eres como otros siesos que te miran con la boca abierta como si fueses un cerdo al que quisieses comer. Em… eso sí, si te fijas en la gente, hay alguna que yo no se cómo no usa dos asientos en vez de uno, están amorfos! ¿Tanto se come por aquí? Además… no se qué le veis a eso de poneros cosas en vez de ser normales… el otro día fui a preguntarle a alguien la hora y le llamé burro creyendo que era una mutación de algo. Resultó que la mujer me dio un bolsazo y me empezó a llamar de todo porque eran orejas de conejo…-Me encogí de hombros completamente despreocupada. -Yo al menos me reí mucho con eso…. -Alcé ambas cejas mirando a la gente que se encontraba ahora callada escuchando todo lo que andaba diciendo. -Bueno ese de ahí, el que tiene la piel color moco… es guapo si no me diesen ganas de ir a sonarme la nariz en su camiseta…es que es tan blanca…y él es tan verde… -Admintí mordiéndome el labio inferior como si no pudiese evitarlo. -De todas formas, todo el que me quiera convertir en un cochinillo no es que me caiga precisamente bien…-Y les saqué la lengua a los capitolianos como si estuviese ofendida, aunque un segundo después comencé a reír. Qué capacidad que tenía para cambiar de humor en un segundo…

- Está bien Tris, abordemos un asunto más serio. A todos nos conmovió que te presentases voluntaria en la cosecha. ¿Por qué lo hiciste? ¿A quién pretendías proteger? Se me ha informado de que dos tibutos, Alexandder y Lieveheers, son amigos tuyos. ¿Qué sentiste al saber que ellos también eran tributos? ¿Notas algún cambio en vuestras relaciones?

Abrí un momento la boca y volví a cerrarla. Me había quedado completamente en blanco. -Qué cambio en los acontecimientos ¿no? -Comenté con cierto sentido del humor esperando que mis amigos no anduviesen escuchando cómo Tris se ponía seria. Me crucé de brazos y bufé un ligero segundo antes de contestar a la periodista, ahora sí que sí, no quería que me tirasen mucho de la lengua. -El capitolio… ustedes permiten que las personas participen sea cual sea su condición. Creo que yo… o cualquiera de los aquí presentes tiene más posibilidades de salir elegido antes que una cría de 12 años que no puede ver mas que oscuridad. Es cierto que puede que el año que viene, debido a la cantidad de teselas que ella está obligada a echar, salga, puede que nada evite el desastre pero desde luego, lo que más claro tengo es que no me arrepiento de haberlo hecho. Si al menos vive un año más, con una amplia sonrisa junto a su hermano, entonces nada habrá sido en vano. La solidaridad y la justicia son dos palabras que deben permanecer siempre en el corazón de las personas y nunca nunca deberían terminar con ellas. Es cierto que la gente es egoísta por naturaleza, pero debemos intentar erradicarlo poco a poco de nuestro interior y empezar a pensar más en los demás, en cómo ayudarles y sacarles una sonrisa. La felicidad de los demás debe convertirse en nuestra meta y por tanto, también en nuestra felicidad. –Y tenía la certeza de que así había sido, al menos para mí, siempre.

En cuanto al tema de Lieveheers y Alexandder, decidí que lo mejor era no enfocarlo sobre mí, sino sobre ellos. Ambos me caían estupendamente y les quería con locura por lo que seguramente, y aunque no lo hubiese pensado porque quería permanecer ignorante a ello, cuando llegasen los juegos y se convirtiesen en mis enemigos me volvería loca. -Yo quisiera preguntar al capitolio…¿Por qué? Por qué hacen que las personas de diferentes distritos, pudiendo estar felizmente unidas en paz y armonía, quieren que nos matemos las unas a las otras…eso sólo crea piques entre nosotros y poca gente consigue subsistir en otros distritos.-Al decir eso pensaba también en mi madre, a quien no le daban trabajo por pertenecer a otro distrito. -Todos deberíamos llevarnos bien, así no habría nunca ningún problema y nadie estaría en discordia con ningún distrito. Si quieren controlarnos, contrólennos pero al menos permítannos vivir felices sin tener que matarnos.

-Por primera vez desde que había subido al escenario, había perdido la sonrisa. No debería estar diciéndoles eso, demostrando que estaba completamente desesperada pero lo hacía. -Además, ¿Qué consiguen haciendo un Show que siempre es el mismo y que se basa en que nos tengamos que matar? ¿Cómo creen que se sentirían si tuviesen que matar a sus mejores amigos de la noche a la mañana? Jamás permitiré que los juegos me transformen en algo diferente de lo que soy. -Y ahí se me veía más que firme. Había comenzado contando chistes y había terminado más seria que nunca, mordiéndome la lengua para no ponerme a llorar. Ese tema no venía a cuento y desde luego, me había puesto nerviosa. -Una persona como yo, en un principio sintió muchísima alegría al saber que al menos iba a poder estar las últimas semanas de mi vida rodeada de gente a la que quiero un montón, sin embargo, otra parte de mí decía que no, que estaban también en un suicidio y que iba a ser horrible si tenía que verles matarse unos a otros. No quiero estar ahí si tengo que ver cómo Lieveheers y Alexandder se meten un cuchillo en el cuello. Ahora mi relación con ellos es mejor que nunca y ustedes… ustedes quieren romperla con unos estúpidos juegos que nos llevarán de cabeza a la muerte. ¿Por qué? Porque están aburridos. ¡Cómprense un cerdo y hagan que se peleen entre ellos! Nosotros somos personas, sentimos, queremos…como vosotros…¿Qué necesidad hay de llevarnos a todos a la muerte? -Obviamente, a pesar de querer concienciar a aquellas personas en un ataque repentino de sinceridad sin mordeduras de lengua, sabía que era imposible. Ellos estaban ciegos ante la crueldad de aquello y desde luego, después de más de 70 juegos, no iba a ser yo quien cambiase nada… por desgracia no. Me levanté y miré con una sonrisa a la entrevistadora, como si nada hubiese pasado y tras abrazarla unos segundos, sonó la campanita que me indicaba que debía abandonar la sala. Odiaba aquello y esperaba que al menos no me hubiese pasado factura aquello… que el capitolio no quisiese tomar represalias contra mí. Pero ya era tarde. Mi sentencia estaba firmada pero al menos, lo había hecho llena de sinceridad y sin ninguna máscara. Podía ser una chica un tanto suicida, lo más fácil era interpretar un papel de felicidad al subir al escenario pero simplemente, no podía hacer eso…
Y así había terminado.

Ambas nos pusimos en pie cuando terminé de contestar todas las preguntas. April tomó mi mano y la alzó al público para que me viesen, llena de dulzura en aquel momento pero a la vez, cargada de energía, de pasión y de ganas de enfrentarme con la verdad. No podía morir. No mientras Lieve y Alex estuviesen con vida, al menos para asegurarme de que uno no mataba a otro…Escuché entonces la voz de April: -¡Zhyriatrice Scort, del distrito 6, para todos ustedes!. Y sonreí a los que me miraban. Había cambiado el rumbo de los acontecimientos aunque seguramente para la entrevista de Alexander todo sería como siempre, igual que para las siguientes. Nadie echaría cuenta a las palabras de una estúpida niña de 14 años que nada sabía de la vida. Sonreí a April dándole un abrazo como respuesta a esos dos besos y, ante el deseo de suerte, asentí agradecida y bajé las escaleras preparada para escuchar a mi compañero…y asumir mi destino.

por **Auri Rocket** Miér 27 Mar 2013, 04:30

Entré al escenario trotando feliz hasta llegar a April. La miré fascinada por lo guapa que era y recibí con agrado los dos besos de ella pero a cambio yo le di un gran abrazo, lo que pareció que a la gente le gustó bastante. Hice caso a April y me senté a su lado cruzando mis piernas como si fuera una señorita.

- Bueno, Auri, ya sabrás que nos tienes a todos rendidos a tus pies. ¡Eres adorable! Todos estamos de tu parte, y nos interesa saber cómo es tu relación con el resto de los tributos. ¿Alguno no te ha tratado como te lo mereces? Dínoslo, y pasará directamente a formar parte de nuestra lista negra.- Escuché atenta lo que me decía la presentadora y puse cara pensativa recordando a todos los tributos…

- No he hablado mucho con ellos porque son muy mayores, supongo- dije encogiéndome de hombros- pero no parecen malas personas, siempre que los veo están riendo y pasándolo bien. A mí me da algo de vergüenza acercarme a ellos… al ser la más pequeña…- suspiré- Aunque me llevo muy bien con Shanti es una gran chica- dije sonriendo- y no lo digo solo por su altura…- me levanté de la silla y alcé el brazo para señalar por donde me llegaba la chica. La gente rió al verme hacer eso y yo satisfecha con el resultado volví a sentarme. Esperé que a Shanti no le molestara ese comentario porque no lo había hecho con intención de burlarme de ella, eso nunca.

-La pequeña Auri, de tan solo 13 años. ¡Sería terrible que dejase este mundo sin conocer el verdadero amor! ¿O existe algún muchacho que haya llamado a tu joven y tierno corazón? ¡Te escuchamos!- Me tapé la cara con las manos mientras negaba con la cabeza, fingiendo vergüenza ante la pregunta de April.

- ¡N-no! No me gustan los chicos, están siempre llenos de barro- puse una mueca de asco- y huelen mal- dije inflando los mofletes- las únicas personas a las que guardo en mi corazón son mi padres- dije poniendo mi mano en el pecho. Luego busqué la cámara- Papis no os peléis ¿vale? Yo os quiero a los dos- y tras un sonoro “ooooooooooh” seguí escuchando a April

- ¡Vaya, Auri, no es un secreto que todavía juegas con muñecas! -Suelta una risotada sonora -¿Podrías contarnos alguna anécdota divertida sobre alguna de tu colección?- y con unas pequeñas palmadas rápidas sonreí contenta con su pregunta. Ya tardaba en hablar de aquello. Aunque posiblemente aquella obsesión con las muñecas me haría quedar como una niña que nos sabría defenderse en la arena… ¡bueno! Qué más da si lo piensan… eso también me daba puntos, creo.

- Mmmmm… pues- dije mientras buscaba algo interesante que contar. Entré en pánico, no se me ocurría nada divertido que contar- ¡Ah! ¡sí!- dije riendo- tengo una muñeca que es como la presidenta Winter y la hice yo, no de cero, claro, pero con lo que pude conseguí hacer una muñeca de ella ¡y es de mis favoritas! Me hubiera gustado traerla para poder enseñarla pero solo me dejaron llevarme a Toto. Bueno, no es una anécdota divertida peeeeeeeero… - sonreí dejando escapar una risa tímida.

Nos pusimos de pie y April me levantó la mano mientras se despedía de mí. Me despedí de todos con la mano mientras los Capitolinos gritaban como el día de las carrozas.
- ¡Gracias por todo! ¡Sois geniales!- dije muy feliz y salí de allí dando saltitos.

por **Lieveheers C. Beestje** Miér 27 Mar 2013, 10:53

No pude evitar sonreír al escuchar las palabras de mi adorable April cuando esta me dio la bienvenida, y se ofreció a presentarme al resto del público con palabras de lo que a mí me pareció cariño. Aún no sé si fue ingenuidad, o si de verdad April sentía algún aprecio por mí. Ella me conocía. Por mi parte creo que era la única persona del Capitolio con la que había hablado (además de con la capitoliana que sacó los nombres de Helena y mío de las urnas del Distrito O5, Haima… pero ella no me inspiraba tanto aprecio). Me giré para mirar a la cola de tributos que se extendía detrás de mí y levanté un pulgar en su dirección, despidiéndome con un guiño de ojo, como si fueran mis próximas adquisiciones sexuales.

Avancé unos pasos hasta que noté la luz de los focos sobre mí. Mi sonrisa se amplió al ver a todo aquel público. ¡Habría incluso más gente que el día de las carrozas! ¡Ahora sí que podría lucirme en condiciones, sí señor! Como si estuviera ensayado, terminé bailando mientras me dirigía hasta la rubia. Di un par de vueltas, moviéndome al ritmo de alguna canción desconocida que inventaba a cada paso en mi cabeza. Nada mas llegar a la altura de la chica, la cogí de una mano, haciendo que esta diera una vuelta de sí misma.

- ¡Llevo el ritmo en el cuerpo! ¡Baila, bailaaaaa, toniiight! –volví a hacer algún que otro paso de baile, así, muy gaymente, pero al final me rendí, aunque no me apetecía sentarme, y posé mi maravilloso culo en la silla del plató-. ¡Espera! –dije, antes de que la chica empezara a hablar. La planté un beso en la mejilla, y volví a sentarme, algo a lo que el público respondió con un adorable “Ooooh”-. Ya puedes seguir, Ap.

Me quedé (creo que por una vez en mi vida) quieto parao’ mientras escuchaba a la chica hacer la primera pregunta. La palidez natural de mi cara se tornó algo rojiza cuando mencionó al chico del O3. Eso no fue lo más gracioso. ¿Causando furor? Oh, por favor. Me puse como el tomate más rojo de la Tierra. Sin embargo, la dejé acabar.

- Ya habrás visto que antes en la entrevista de Gary hemos hablado de ti, y es que Lieve, amor, ¡estás causando furor! pero todavía tenemos más curiosidad, queremos saber qué es lo que piensas tú de él. ¡Cuéntanoslo todo!... aunque en realidad, si lo que ha llegado a mis oídos es verdad, me cuesta creer que sólo te hayas fijado en Gary… ¿con toda la gente que has conocido en estos días? ¡Imposible!, ¡ya estás confesando! ¿A quién más le has echado el ojo? ¡Qué te parecen los tributos de este año!

- ¿¡Furor!? –un agudo tono salió por mi garganta por la sorpresa aún patente en mí-. Tú quieres que me enamore de ti o algo –puse los brazos en jarras y miré a la rubia con el ceño fruncido, fingiendo enfado. Escuché risas, pero yo estaba tan enfrascado en mi conversación que hasta me dio la sensación de estar hablando con una amiga de toda la vida. Hice una pausa, y miré hacia el público con los labios fruncidos, reprimiendo una sonrisilla pícara-. En cuanto a Gary… bueno, ya lo habéis visto. Es sexy. Me atrae como a mi abuela le atrae ese pegamento que se usa para pegar las dentaduras postizas –puse la mano delante de mi boca, como si los demás no pudieran escuchar nuestra conversación-. Está todo el día oliéndolo, puede que incluso se lo esnife, aunque eso no lo tengo científicamente comprobado –volví a mi tono habitual, como si no hubiera pasado nada-. Además, tiene tatuajes, como yo. Eso aumenta su sexappeal. Y es interesante, sí, es un chico interesante. Me gusta. Hace que se me levante todo –confesé, asintiendo a April, que me miraba con atención-. Ñeee… -hice un gesto con las manos como quitándole importancia-. Los tributos de este año están todos muy buenos. Gary y su hermana Six están muy buenos los dos, aunque con Six no he hablado, la verdad. Pero es guapa. ¡Uh! ¿Habéis visto al del O2? No he hablado tampoco con él, pero cada vez que lo veo… Brr. También me pone –comencé a contar con los dedos por si me dejaba a algún tributillo suelto-. Hammeline también es adorable. Me recuerda a ti, son esas rubias a las que te dan ganas de achuchar. Y bueno, a mi compañera Helena… la hacía de to’. ¿Estamos en horario infantil? Bueno, da igual, se la metía por todos los agujeros existentes –me tapé la boca como si acabara de mencionar el mayor pecado-. Y al resto ya los veréis. Tris y Alex son geniales, Ariel y Brigitte, Quimone y Percebe con sus pelos de fuego a lo exótico, Roxas, y Leah… -volví a hablar en un susurro, terminando por fin la respuesta-. ¡Ah! No la toméis con el pobre del Distrito O8, en el fondo es un macho que se respeta –me golpeé el pecho como si fuera un mono enfurecido, dando paso a las risas por parte del público, y a su vez, a la siguiente pregunta.

-Los mentores, organizadores de los juegos, acompañantes, y toda esta tropa, no suelta prenda… se callan toda la información, ¡no es justo! ¡Cuéntanos algún cotilleo, Lieve! Tu que lo has vivido, se habla mucho de algo que pasó en el tren, pero no sabemos qué es… ¡y nos está matando!

Agité las manos y me quedé con la boca abierta como si dentro de mí estuviera ardiendo el secreto más jugoso de la historia de los Juegos. Pestañeé un par de veces, continuando con la charla.

- Ooooh, sí. Es una desgracia que no pudierais ver aquello. La locura absoluta. La mayoría corriendo desnudos por ahí, la nata volaba por el tren, junto con los pasteles… yo me embadurné el cuerpo entero de chocolate… estaba para lamerme de arriba a abajo. Montamos una buena fiesta, una pena que hayáis tenido que perdérosla –hice un fingido puchero con la boca antes de continuar, encogiéndome de hombros, y riéndome con picardía-. Toqué más culos en un día que en años. Tienen unos culos muy duros todos esos de ahí dentro –señalé al backstage-. Puede que algún mentor se enfadara un poquitín con nosotros, pero… beh. ¡Te queremos, Nerwen! Bueno, como iba diciendo, además allí conocí al sexy pecho desnudo de Gary –alcé y bajé las cejas un par de veces, en un gesto divertido. Podría quedarme allí la vida entera contándole mis pensamientos a aquella chica.

La verdad es que no me esperaba lo que pasó después, pero me alegré por ello. ¡Menos hablar y más actuar, coño!

-Vale, Lieve, te ha tocado el reto a ti también. Ya sabes cómo va, lo has visto en las entrevistas anteriores, pero te lo recuerdo: en el poco tiempo que te queda de entrevista tienes que conseguir besar (con un pico vale) a más gente que el resto de tributos que se haya enfrentado a este reto, ¿crees que puedes conseguirlo? ¿Preparado, listo? ¡Ya!

En cuanto la presentadora dio el “pistoletazo” de salida me levanté con decisión de la silla para pegarle un morreo a April antes de correr cual florecilla del bosque, dando alguna que otra voltereta, hacia el público. No podía quedarse ella sin beso, con lo buena que estaba la mujer. Lo primero que mis ojos vieron fue un capitoliano sexy. Premio. Me tiré a por él y le di un pico, para después correr por toda la fila de asientos (qué coño asientos, si estaban ya todos de pie esperando su beso), y besar a todo el que se me pasaba por delante.

- ¡Si me cogéis en brazos a lo mejor llego a besar a los de atrás! ¡Que sé que también quieren! –reí, escuchando a la gente, señalando a la parte final. Algunos capitolianos me ayudaron a subir por los asientos y besar a un par de personas más hasta que el tiempo de los besos terminara. Me giré para mirar desde la lejanía a April con cara de tristeza-. ¿Ya? Jope –me dirigí con resignación al escenario de nuevo, y subí a el con un salto. Volví sin la parte de arriba del traje, por lo que deduje que alguno de aquellos loquis se la había quedado. Da igual, solo con la camisa también estaba sexy. Qué coño, sexy con cualquier cosa, ¡cualquier cosa, coño!

Parecía que la entrevista llegaba a su fin, algo que en realidad me dio un poco de pena. Me lo estaba pasando bien haciendo el retrasado con todo el mundo. Le cogí la mano a April, y esta la subió, dando por terminada la entrevista. Pegué un grito de triunfo para después volver a darle un pico a la presentadora y correr de nuevo hacia el backstage como si ella me fuera a perseguir, divertido. ¡El beso final!

- ¡Escríbeme, guapa, volveré a por ti después de los Juegos y nos tomaremos un zumo! –me alejé dramáticamente, desapareciendo por fin del escenario, con los aplausos del público capitoliano aún resonando en el interior de mi cerebro. Qué intenso todo, por favor.

por **Ariel T. Celestine** Miér 27 Mar 2013, 12:25

Tras una seguida oleada de aplausos y griteríos el nerviosismo estaba llegando al límite de mi aguante. La esperaba para que los otros tributos concluyeran sus entrevistas se me hacía eterna, me parecía un poco cruel que nos expusieran así a todos. Claro, para aquellos que tienen una gran personalidad y desplante no costaría demasiado llegar a ganar el público. Al escuchar una tras otra las ingeniosas respuestas, las dinámicas bromas, las convincente certeza de los primeros, no podía sacar de mi cabeza la idea de que no soy lo suficientemente bueno para que la gente del capitolio me quisiera. Me defraude de mi mismo al ser en cierto modo tan incompetente, no podía derrotarme tan fácil. No seré quizás el mas deslumbrante o el mas recordado de esta noche, pero intentaría con todas mis ganas superar esta valla, con todas mis fuerzas, y salir lo mejor parado posible.

Ya había tocado el turno de Bri, la abrace con fuerzas antes de subir, aunque parecía que yo estaba mas nervioso por mi compañera de distrito que ella mismo. Intento poner atención a sus respuestas, quizás podría tener un indicio de lo que me preguntaren, pero es inútil. Mi cabeza es un mar de pensamientos que me inunda por completo. Estoy como desorientado y casi mareado, en un momento olvide que me encontraba en ese lugar. Escuchar mi nombre me rescata del estado que me encontraba. Intento averiguar de donde venia y noto que era de la entrevista de Bri.
Noto que ya esta por terminar el tiempo de mi antecesora y termino por deshacer el pedacito de pan con el que había jugado entre mis dedos desde que comenzaron las entrevistas.

Mi señal. Aun hay aplausos y gritos mientras me dirijo lo mas seguro que puedo hasta la escalera. Subo los escalones y apenas entro al escenario la fuerte e increíblemente poderosa luz de los focos en la altura me sega por completo, tal como mirar directamente al sol a medio día. Mientras intento recuperar la vista, me dirijo un poco a tientas hacia la gran figura que supongo es el sillón y la mujer que habrá de entrevistarme. Un momento, ¿entrevistadora?. Lo que alcanzaba recordar de los anteriores juegos era un hombre bastante particular que se encargaba de este trabajo.
¿Que mas da?, a fin de cuenta la entrevista no dejara de ser, independiente de quien sea el entrevistador o en este caso entrevistadora. Ya estando casi a su lado mi vista esta recuperada por completo y puedo notar que es una joven y muy guapa.
Al escuchar su presentación siento alivio de que mi suposición y la observación de mi amiga fuera acertada, bien, pues debo usar aquello de alguna forma, no tardo en responder con una amplia sonrisa intentando dirigirme a todas personas en ese lugar presente y a las cámaras. Me alegro al comprobar que a tenido resultado ante la aprobación y vítores del público cuando les dirigí aquella sonrisa.

Tomo asiento luego de saludar a la señorita, creo que ya la eh reconocido. Es April Regoretko, la recordaba de la televisión. Ella había aparecido en los resúmenes de las cosechas y luego, como comentarista en el desfile. Parece bastante cordial y amable, por lo que me relajo y ya no me siento tan tenso. Procuro mantener una sonrisa dulce, pero que parezca casual y no forzada.
Escucho atento la primera pregunta, parece sonar bastante fácil e inocente, agradezco que no me acribillara de primera instancia con algo difícil.

"-Ariel Thomas Celestine, también conocido como ‘el chico ardilla’. ¿A qué se debe este original apodo? ¿Es malintencionado? ¿Tiene algo que ver con tus dientes? Cuéntanoslo, ¡desde el principio!-". La pregunta me causa gracia, no es una historia tan maravillosa ni la anécdota mas grande del mundo, pero me servirá para dar a conocer de forma inocente cierta información.-Primero que todo, perdona la intromisión, pero no puedo evitar agradecerle a toda esa gente que me apoyo en el desfile, sentí sus gritos y alientos, estoy realmente agradecido con ustedes. Siguiendo con lo que me preguntas. Pues no se si tal vez mis dientes tengan que ver con aquel hecho, ¿acaso son muy grandes?.-Digo esto tocando mi boca con una cara de horror claramente fingida, lo sigo con una risita sonora, tal cuál como un niño pequeño hace después de una inocente broma.-Bueno, esperando que mis dientes no tengan mucho que ver, jeje, la razón es mas que nada por que soy de los chicos mas rápidos de mi escuela. Si bien pueden notar que claramente no soy poseedor de grandes musculos o altura, pero lo que si tengo es rapidez. No quiero pecar de soberbio, pero por lo que todos me dicen soy el mas rápido y escurridizo chico que han visto, y siendo sincero también lo creo.
El apodo como tal surgió un día que teníamos una visita escolar en los sembradíos del distrito. Cuando llegamos cerca de unos arboles yo me aparte del grupo un momento, había divisado unas ardillas cerca y por curiosidad quise acercarme a ellas, corrí rapidamente tras ellas durante un rato hasta escuchar la risa de unos cuantos, según ellos me veía idéntico a la ardilla corriendo y pegando saltitos de un lado a otro mientras la perseguía. Y pues desde ese día quedo como mi apodo oficial.-Reí un poco mientras hacía una mueca de vergüenza.-Espero no se precipiten ante el apodo, puede sonar divertido y cómico, pero acaso, no es bastante difícil atrapar y seguir a tales escurridizos animalitos, quizás un chico ardilla como yo, ágil y escurridizo, pudiese llegar lejos en la arena, espero lo recuerden en ese momento y no me den por débil sabiendo esta pequeña ventaja.-Reí picara y dulcemente. Bien Ariel, creo que has dado una excelente respuesta y ademas has dado indicios de que eres un tributo con una que otra habilidad, espero los capitolianos comprendan aquello y lo tomen en cuenta al momento de los juegos. Me tranquilizo al oír la carcajadas de aprobación de unos cuantos y como algunos me gritan aquel apodo.

"-Sacando el tema de los dientes, Ariel, todos coincidimos en que tu sonrisa es encantadora, aún más, ¡es irresistible! Es tan perfecta que incluso nos ha hecho cuestionarnos si también es natural… ¡Apuesto a que allá por donde vayas todos caen rendiditos a tus pies! ¿Es cierto? Háblanos de tu vida amorosa.-"Luego de esta pregunta me pongo un poco nervioso y no puedo evitar empezar a jugar con los collares y colgantes que traía, a decir verdad no era un chico popular en mi distrito. Contar aquella realidad podría resultar perjudicial para mí?. En fracción de segundos decido que no, quizás mi soltería serviría de incentivo a algún capitoliano que se haya encantado conmigo y mi famosa sonrisa.-Exageras, no creo que sea tan así , solo es una sonrisa común como la de cualquiera.-Sonrío ampliamente. Cambio mi expresión a una sonrisa pero con dejos de tristeza, mostrarles que de alguna forma me entristece la idea de llegar a morir sin conocer el verdadero amor. Curioso. Entre todas las cosas que bombardearon mi cabeza durante estos días no había pensado en aquello y siendo sinceros, realmente me entristece.-No les mentiré, debo sincerar que no hay nadie en plan romántico. No soy de los chicos mas populares o bien parecidos de mi distrito. Me gustaría confesar algo respecto a esto. No puedo evitar entristecerme ante la idea de que quizás pudiera morir sin conocer el amor verdadero, tal vez sea una motivación mas para ser el vencedor de este año, vivir para poder amar, espero lo logre.-Levanto mi mirada y noto que algunas personas han cambiado su expresión a una de lastima y tristeza, algunos creo que sollozan. No se si pensar que aquellas personas serían mas sentimentales de lo que creía o que eran tan simplones y superficiales.

"-Ha llegado hasta mis oídos que otros tributos envidian que el atractivo Dylan Winslet, ganador de los últimos Juegos, sea tu mentor. ¿Cómo es tu relación con él? ¿Te ayuda que un chico tan guapo sea tu mentor, o por el contrario te desconcentra? ¡Sincérate!-"Me sorprende la pregunta, no pensé que me preguntaran algo que si bien esta relacionado conmigo, no fuese tal de mi vida. Me obligo a maquinar e idear una manera de sacar provecho de esta pregunta al igual que las otras de la manera mas rápida posible. Es un vencedor y reciente, con eso puedo trabajar algo.¿Enserio sienten envidia?. No puedo evitar decirte que encuentro algo de razón, pues claro, acaba de salir victorioso como vencedor. Su experiencia es de gran ayuda para mi, primero por que esta fresco de esta experiencia, segundo, es mas cercano a mi edad que el resto de los mentores de los distritos restantes, se hace un poco mas sencillo relacionarse, aunque debo decir que de igual forma le tengo bastante respeto y estima. Hablando de la relación, pues va bastante bien, es un gran mentor y se a preocupado de ayudarme en lo que necesito, y en lo que tiene que ver con la convivencia, pues me siento muy agradado, me ah escuchado en la cosas que hablado. Respecto a lo guapo, mmm..., no puedo no decirlo. Es demasiado bien parecido y claro que guapo, bastante mas que muchos mentores y tributos, jajajajaja.Río un poco avergonzado, no soy de decir estas cosas, pero con los nervios lo eh soltado, me tapo la cara un poco y me dirijo a una cámara.-Lo siento Dylan, tenía que decirlo.-Me vuelvo otra vez hacia la entrevistadora para continuar con la respuesta.--Me siento feliz con que sea mi mentor y confío en el y sus decisiones, y pues a nadie le hace mal un poquito de belleza en la vida, jeje.

Esta era la última pregunta, y me siento aliviado en gran manera. Me pongo de pie y antes de eso miro al público dedicándole sonrisas a todos, de un momento a otros entre los aplausos están quienes gritan mi nombre e incluso apodo, desean una sonrisa mía, o simplemente me alientan con gritos. April toma mi mano mientras anuncia mi despedida. Hago una pequeña reverencia hacia todos lados, luego recibo dos besos sonoros de la mujer.-Espero no olviden al chico ardilla, espero contar con su apoyo.-Alcanzo a decir esto hasta que en el fondo del escenario noto que me hacen una señal para que me retire, me voy con la sonrisa plantada en la cara.
Mis mejillas y pómulos duelen de tanto sonreír, pero eh superado y sorteado esto mejor de lo que esperaba, quizás, si lograre quedar en la mente de algunos y espero aquella escueta reseña sobre mis habilidades aliente a otros. Mientras bajo me recuerdan que tome mi lugar hasta dar fin a las entrevistas, no me molesta ya que había pasado lo peor, ya había superado lo que me aterraba.

por **Gary C. Avner** Miér 27 Mar 2013, 22:26

Spoiler:

Gary la verdad era que no se sentía demasiado nervioso, esto de hablar y ser carismático siempre había sido lo suyo. Aunque le ponía los pelos de punta ver qué hacía Six en el escenario. Ella, desgraciadamente no había obtenido el don de gentes de la familia y aunque había practicado con ella cómo ser encantadora... no estaba del todo convencido de que la pobre no se pusiera nerviosa al hablar. Le alegraba bastante estar allí con ella, para que no viviera todo aquel proceso sola, sin nadie que conociera para apoyarle. Morir con alguien a quién quieres seguro que es mucho mejor. Con una sonrisota de oreja a oreja y los pulgares arriba la animó mientras ella subía al escenario.

No le moló demasiado cómo se desarrollaban las preguntas hacia su hermana. Sobretodo porque la presentadora pensó que lo único que él quería era robarle el protagonismo o impedirle ligar. ¿La gente en el Capitolio estaba zumbada o qué? ¿No se daban cuenta que lo que iban a hacer los tributos era morir por su diversión? Puso los ojos en blanco, aunque había que concederle algo, no pensaba dejarla ligar mientras él estuviera allí. Su hermana no se transformaría en una zorra agria que se preocupaba por sí misma nada más. Ella era menuda y agradable, su niña tonta. Aunque nunca lo demostraba, prefería hacerse la dura.

Pronto fue el turno del propio Gary y un joven de color café con leche, le comprobó si el equipo de sonido para que se me escuchara en el escenario funcionase bien. No pudo evitar opinar que el chaval aquel no estaba nada mal, sonrió para sí, preparándose ya para lo que venía, cosa que no terminaba de agradarle, pero que pasaría con “elegancia”. Como no me quedaba Six para despedirse antes de ir a la “boca del lobo” le hizo un gesto a Lieve, poniendo su lengua entre el dedo índice y el corazón, moviéndola provocativamente, después se internó entre las luces de colores del escenario.

Allí le esperaba, tras presentarle, una guapa chica rubia (que tras la entrevista de Six ya no le caía demasiado bien). Aunque estaba bien eso de que dijeran que era un honor y que les había llegado al corazón su “espectacularidad” al presentarse voluntario no estaba tan mal, la verdad. Sonrió de medio lado y caminó con paso lento y decidido hasta ella, devolviéndole los dos besos antes de sentarse como me indicó.
- Un placer conocerte... April. - le costó recordar su nombre, pero lo hizo. Sin muchos preámbulos ella pasó directamente a saco, preguntándole lo que ya venía siendo evidente. A su hermana le había hecho exáctamente lo mismo. Pero a pesar de que iba con intención de hacerle confesar algo que no era verdad él lo sobrellevó bien. Rió levemente, pasándose uno de los tatuados dedos por la punta de la nariz en gesto despreocupado.

- Supongo que es algo evidente ¿no? - contestó cruzándose de piernas y estirándose un poco. - Lo último que quería era impresionar a alguien pero... oye, que si funciona uno no va a decir que no, en caso de que vuelva. - primero la broma, había que ser agradable y chistoso, si no aquello no entusiasmaba. Ahora venía lo serio. - Aunque en realidad lo hice pensando en mi hermana. La vi allí arriba, insegura - esperaba que Six no lo matase por ello -, y decidí rápidamente. Si tengo que morir en algún momento prefiero que sea junto a ella, protegiéndola. - y amplió la sonrisa tras el momento serio. Aquello enterneció al público, obviamente. Aplaudieron tras aquello y esperé que funcionase, si ganaba patrocinadores ayudaría a Six, que era en realidad lo que estaba esperando.

No hubo mucho espacio entre su respuesta y la segunda pregunta, aunque este tema que sacaba la entrevistadora era uno de los que más le gustaba hablar. Menos lo de las quemaduras, pensaba que nadie habría reparado en ellas, aunque no cambió el gesto de su cara.
- Después de los tatuajes venía el pelo, que espero que os guste porque me costó como una hora convencer al peluquero para que me lo hiciera. - alzó un dedo, como si estuviera convencido de su estilo personal y puso morritos. Rió, como si acabara de hacer una broma, el público lo hizo con él y cuando ellos terminaron de reír continuó hablando, tras quitarse la americana y mostrar la camiseta de manga corta que llevaba debajo, enseñando más piel de la que su estilista habría querido. - Verás, me gustaría decirte que cada línea es una persona enamorada de mí, pero no lo es. - esperó un par de segundos, por las risitas, y siguió.

- Aquí en el pecho, tengo tatuados los meses del año que son mis favoritos, ¡primavera! - se bajó la camiseta un poco, para que todos pudieran verlo. - Y muchos de los de los brazos son recuerdos tontos, nos los hacíamos entre nosotros mismos, con los amigos de allí. - hizo un gesto, como si tuviera una agujita en la mano y estuviera pinchando sobre su piel, así los hacían. Lo último que le apetecía comentar era lo de las manos, pero allí iba. - Y... no, esto no es premeditado, como todos sabréis a la mayoría de gente de mi distrito se nos da bien esto de trabajar con cachibaches eléctricos y hacer chips y esto... No siempre sale bien y este es el resultado. - movió las manos y los dedos en el aire, juguetón.

Y ahí llegaba, la tercera y lo que esperaba era la última pregunta. Aunque fue tan inesperada que se echó a reír en frente de todo el Capitolio, sin saber por qué, ellos rieron con él. Se inclinó un poco hacia delante, descruzando las piernas y estirándose levemente, en este tema podía lucirse, le encantaba fanfarronear.
- ¿Qué voy a decir? Él está deseando meterse en mi cama... - contestó, chistoso y guiñándole un ojo a las cámaras, a sabiendas de que el tipo le estaría viendo desde el backstage. - En el tren nos encontramos casualmente en las duchas y fíjate tú, yo estaba medio desnudo, él estaba medio desnudo... - se encogió de hombros quitándole importancia, a sabiendas de que todos estarían expectantes de escuchar qué había pasado. - Por desgracia nos interrumpió un chico... el del distrito 8, aunque ya os avisaré en exclusiva si pasa algo interesante. - terminó por decir, agradablemente y terminando con una risita que auguraba que podría ser próximamente. Genial.

Finalmente, la entrevista termina y Gary puede irse. Saludó entusiastamente a todo el mundo y tras los dos besos en las mejillas de April salió del escenario. Recordó, mientras bajaba por las escaleras, que se había dejado la americana en el asiento allí arriba, frente a todos, y antes de que les diera tiempo a continuar volvió corriendo (aunque intentaron agarrarle)
- Eh... lo siento, me dejaba mi bonita chaqueta... - comentó, mientras la recogía y volvía a salir corriendo, seguido de un coro de risas que seguro le había ganado al menos un patrocinador, seguro. Una vez fuera del escenario, definitivamente suspiró, agotado mentalmente de aquello y buscó a su hermana.

por **Helena F. Luce** Jue 28 Mar 2013, 12:03

traje:

Aún tenía la imagen de Alexandder grabada en mi mente cuando salí al plató. Tenía… no sé si miedo es la palabra, pero lo cierto es que me sentía algo asustada. Los tributos anteriores habían tenido que hacer cosas bastante raras y no sabía a lo que me iba a tener que enfrentar yo.

Todos me aplaudieron cuando salí, y la presentadora, April Regoretko, que sustituía al anterior presentador, me saludó con dos besos en las mejillas. Sonreí, azorada, y miré al público, levantando la mano para saludarlos. Era algo irónico que mostraran ese fervor y entusiasmo por mí cuando sabían que en un par de días podría estar muerta. Sólo esperaba poder destacar lo suficiente.

Me senté al lado de April como ella me indicó. Tuve que recoger un poco la cola del vestido porque se quedaba delante y me molestaba. Seguí sonriendo, aunque pronto me empezarían a doler las mejillas, y crucé las manos sobre las rodillas.

- Hola a todos - saludé. Sentía que debía decir algo antes de que empezaran las preguntas. Así que decidí mentir descaradamente – Estoy encantada de estar aquí. April, estás preciosa, debo decirlo. Y los capitolianos sois increíbles, me hacéis sentir como en casa.

No sabía si había sido correcto decir eso, pero creía que tenía que decir quién era y cómo me sentía antes de nada, aunque fuera una burda mentira. Dejé de sonreír porque sentía que si seguía manteniendo la sonrisa, me quedaría para siempre así. Sólo esperaba haber sido convincente y que mi mentira hubiera sido creíble.

April me preguntó por casa. Era una pregunta bastante común, se la solían hacer a todos los tributos, pero era una de las peores. ¿Recordar a mis padres y a mis hermanos? Casi hubiera sido mejor que me lanzaran mutos encima, ya puestos.

-Cuéntanos Helenita, querida, ¿qué tal llevas estar lejos de tu familia, tu casa y tu distrito? Se ve que eres una persona muy hogareña, ¿te has sentido bien acogida en el Capitolio?

- Bueno, April, no quiero mentirte, en realidad… ha sido difícil. Yo siempre he estado muy conectada con mi familia, ¿sabes? Tengo… dos hermanos, mayores que yo, y… ha sido complicado, realmente los echas mucho de menos. Mi padre… bueno, él seguro que está viéndome y… si a nuestro increíble público no le molesta demasiado, me gustaría decirle que los quiero mucho a todos, que haré todo lo posible por ganar para volver a verles una vez más, y que seré como Helena de Troya, la guerra florecerá a mi paso, pero yo viviré - no sé por qué dije eso. La mayoría de la gente se quedó algo extrañada. Imagino que no conocían a Helena de Troya, así que me vi obligada a explicarlo. Sonreí, mirando a April y me dispuse a explicarlo – Es que a mi padre le encanta el mundo antiguo y me puso este nombre por ese personaje. Es… una historia, creo. Es tan vieja que ha variado mucho, no sé. Digamos que Helena de Troya desencadenó una guerra a su alrededor pero salió indemne de ella. Cuando mi padre me vio por última vez, me dijo que fuera como ella.

Una lágrima corría por mi mejilla y no sabía de dónde había salido. Pensar en mi padre me ponía muy triste. Lo cierto es que me lanzaría a los Juegos de cabeza si supiera que lo podría ver una vez más. Me limpié la lágrima con el dorso de la mano y reí.

- Lo siento, soy algo idiota a veces. Podemos continuar si quieres, April.

--Últimamente se comenta por aquí que el tributo Alexandder, del distrito 6, y tu hacéis muy buena pareja, ¿nos equivocamos al pensar que hay algo entre vosotros? No seas tímida y háblanos de él, ¿te gusta?

Ella continuó tras unos segundos, preguntándome una cosa que realmente no me esperaba. Me sonrojé inmediatamente, sabiendo que Alexandder estaría mirando mi entrevista y probablemente se habría quedado igual que yo.

- Esto… yo…

No sabía qué hacer ni qué decir. Miré alrededor, esperando que alguien dijera algo, pero todo el plató se había sumido en un silencio asfixiante y sentía los ojos de todos los presentes sobre mí. Me aclaré la garganta y volví a mirar a April. Alexandder… me gustaba. Ni siquiera lo había pensado mucho para mí misma, porque inevitablemente uno de los dos acabaría muerto y era estúpido pensar nada de eso. Pero negar que sentía curiosidad por el idiota ladrón del distrito seis, que me hacía sentir más rara que de costumbre, como si él también viera el mundo como yo, era algo que no podía hacerme a mí misma. No dejaba de ser irónico que lo hubiera tenido que sacar a colación la entrevistadora de los Juegos del Hambre para que al fin me diera cuenta.

- Yo… no… - la imagen que había tomado de Alexandder en mi mente antes de salir al plató volvía a mi cerebro de repente. Parpadeé un par de veces con velocidad. ¿Decir la verdad o mentir? Si decía la verdad siempre podía decir más tarde que sólo era una mentira para conseguir patrocinadores. Mi mente trabajó a toda velocidad. Dilo. Simplemente dilo. Y si puedes, llora – No puedo enamorarme de nadie, April. No sabiendo que, como mínimo, uno de los dos terminaremos muertos. Él… no sé. Lo… lo siento.

Miré hacia otro lado. No estaba llorando, pero suponía que quedaría más dramático. Realmente no estaba mintiendo, aunque sentía como si las palabras las estuviera pronunciando otra persona. Volví a mirar hacia la cámara, sonriendo, aunque mi mirada aún era algo triste, y dirigí mi mirada a la presentadora de nuevo.

- Me encantaría que estuviéramos en cualquier otro sitio, pero aquí… Alexandder es increíble, es un chico genial, pero no puedo desarrollar sentimientos… por nadie. He visto demasiados Juegos en los que el ganador perdía a una persona que amaba, y eso… simplemente no quiero que me pase a mí. Aunque quizá al final sea una más de ellos.

No sabía por qué había dicho eso, pero estaba hecho. No tenía ni idea de cómo se lo tomaría Alexandder, si más tarde me abordaría y me exigiría explicaciones. Estrategia. Todo era estrategia. Eso era lo que le diría.

-¿Sabes que estás causando furor por el Capitolio? ¡Todo el mundo habla de tu belleza! Eres adorable y la gente quiere ser como tú. Cuéntanos tu secreto, ¿cómo consigues conquistar tanto y llegar tan rápido al corazón de la gente?

April recondujo la entrevista y, por suerte, no me pidió hacer ninguna prueba, si no que sacó un tema bastante más neutro. Me sonrojé una vez más, sonriendo y mordiéndome el labio inferior.

- ¿De verdad? Yo no soy nadie, no hago nada especial… Es cierto, lo tengo que confesar, que desde siempre lo he tenido todo bastante fácil. No sé, la gente suele ayudarme sin que yo lo pida. Pero de verdad que no soy nadie especial. Sólo una chica algo rara a la que no le gusta mucho relacionarse con los demás y que ama las noches estrelladas desde el tejado de su casa en el distrito cinco. No tengo ningún secreto. Sólo soy… yo.

Sonreí una vez más, algo azorada. Por lo que decía April, tenía al Capitolio casi en el bolsillo, cosa que no entendía, pues no había hecho nada del otro mundo. Cohibida, me levanté, saludando con la mano una vez más cuando April dijo mi nombre, y me despedí de ella. Me había caído muy bien, la verdad.

Salí de allí, aunque no sabía qué me esperaba de vuelta al backstage.

por **Hammeline E. Parädise** Jue 28 Mar 2013, 23:18

Se había pasado la tarde entre maquillaje, vestidos, y extraños baños que le hacían sentir que le habían removido tres capas de piel y se la habían puesto delicada. Su vestido era totalmente hermoso; de un color rojo sangre, llevaba su cabello perfectamente recogido y sus labios de un atractivo color. Estaba emocionada. Si, pero no por las entrevistas, sino por los juegos; faltaba menos para que ya iniciasen de una vez por todas, quería demostrar ya sus habilidades en la arena, pero antes, tocaba agradarle al publico. Su punto fácil.

Apariencia:

Hammeline Europa Paradise

Escucho su nombre en la voz de la presentadora e inmediatamente una ola de emoción y ansiedad le recorrió el cuerpo. Sonrió ampliamente, y camino decidida y elegante hasta April, saludandola.

Bueno, Hammeline, querida, si has estado atenta a las entrevistas anteriores habrás podido oír hablar de ti. No es ningún secreto que estás coladita por el tributo del distrito 2, ¡se ve a kilómetros! ¿Crees que el guapo Nirvanett se quedará contigo? Queremos oír tu opinión sobre todo este tema… tendrás alguna estrategia preparada para no dejarle ir, ¿verdad? —escucho decir de April, claramente cada palabra, asintió un poco, y espero unos segundos antes de hablar,
—¿Nirvanett? ¡Pero si es todo un galán ese chico! ¿no lo han visto? Tiene unos ojos azules tan atractivos —soltó, con una breve pero elegante risa—. Él ya hablado, no llegaremos a ser más que amigos y todo la cosa, es un hecho; aun así les prohibo que lo toqueis en mi presencia, aparte, tengo mucha fe en que él sera el ganador de estos juegos. Tiene que serlo, tiene que regresar con su Gin y su hermana menor loca, creo que cuando más sabes de su historia, sabes que existen muchas más razones por la que debe salir de aquí —dijo, con humor, mordiendose el labio inferior, escuchando atenta la siguiente pregunta de April.

—Querida, queridísima Hammie, eres una chica preparada, has entrenado durante mucho tiempo y has conseguido llegar a ser realmente buena, o eso hemos oído todos. Eso es un gran punto a tu favor, dinos, ¿te sientes segura para los juegos? —probablemente haya sido la pregunta más fácil que le haya tocado a un tributo, en especial a un profesional—¿Que si estoy segura? Estoy mucho más que eso. Es un sueño ir a los juegos, ¿a quien no le gustaría? Es todo un lujo, los estilistas, los maquilladores, los carruajes, la comida.. Aunque no estoy muy de acuerdo con eso de la depilacion.. Pero si estoy totalmente de acuerdo con Nirv, ¡las duchas son excelentes aquí! En mi distrito pocas veces tenemos agua caliente, aunque si tenemos el mar y a Finnick Odair —se cruzo de piernas, observando a la cámara repentinamente y luego regresando su vista a April, viéndole con una sonrisa—. Tienen que visitar el cuatro, es genial allí en verdad.

—Hammeline, eres una persona muy formal y seria, por eso… ¡te ha tocado reto!, sí señorita, y no te puedes escaquear. El objetivo del reto es mostrarle a los patrocinadores lo decidida que eres en situaciones extremas. Te explico cómo va, vas a ser la primera en hacer este reto: en el poco tiempo que te queda de entrevista tienes que conseguir besar (con un pico vale) a más gente que el resto de tributos que se vayan a enfrentar a este reto el resto de la noche, No perdamos más tiempo. ¿Preparada, lista? ¡Ya! —dijo April, ella, siendo tan competitiva era imposible que se negase. Se levanto del banco inmediatamente, bajo del escenario, besando a capitolinos de los que ni siquiera sabia el nombre, ni como se les ocurriría vestirse de esa forma—¡Teneis más cuidado que me quitaran el vestido y nadie quiere un strip tease en una entrevista! O.. eso creo.. —dijo, escuchando la risa de algún que otro capitolino, subió al escenario segundos antes de que el tiempo se le acabase, exactamente para la despedida— Ya se que algunos estáis enojados porque no les llego beso, pero ¡patrocinadme de todas formas, por favor! —pronuncio. En ese momento se escucho un "te amo" proveniente del publico, a lo que ella con una risa respondió—¡También te amo, sea quien seas, patrociname! —acto seguido, el publico río.

—¡Hammeline Europa Paradise, del distrito 4, para todos ustedes! —elevo su mano, y ella soltó su mejor sonrisa. Se despidió de April y regreso al Backstage, ahora le tocaba observar demases entrevistas y observar las reacciones de sus compañeros.

por **Sesame H. Goldfinch** Jue 28 Mar 2013, 23:44

Sesame camina con toda la naturalidad del mundo por el escenario hasta llegar a la altura de April, la nueva presentadora. ¿Por qué los cambiarían tan a menudo? Se sentó en el mullido sillón en cuanto la rubia de lo indicó. Le tenían totalmente intrigada sus preguntas. Era una adolescente muy normal, con una vida sin altibajos. Se acomodó mejor en el asiento adoptando una postura cómoda y abierta. No tenía miedo ni estaba cohibida por estar allí y quería hacérselo saber a todo el mundo.

April comenzó a hablar, la primera pregunta de su pequeño momento de gloria. ¡Sesame, qué delgada estás! Estar a tu lado hace que me sienta culpable por haber roto la dieta. ¡Qué envidia! Ojalá estuviera la mitad de delgada que tú, dime querida, ¿sigues algún tipo de régimen especial de tu distrito? ¡Comparte tu secreto! ¿Le estaba preguntando sobre su delgadez? Bueno, no estaba mal. Negó con la cabeza y rió. - La verdad es que jamás he seguido ninguna dieta. ¡Y como muchísimo! - Mintió. Era evidente que no expondría sus problemas alimenticios ante todo Panem. - Es la constitución de la familia Goldfinch, ¡come hasta reventar pero sin engordar! Es una suerte, la verdad. Sobretodo si te gusta comer, como a mí. - El público rió y asintió, al igual que la presentadora que ya estaba preparada para la segunda pregunta.

Mi querida, Sesame; te vimos muy feliz en el desfile de carrozas, muy suelta, muy tu misma¡además los estilistas te dejaron guapísima! Tu vestido fue increíble. Cuéntanos cómo fue la experiencia para ti, ¿la sensación que causaste era la que querías causar?

- Bueno, tengo que ser sincera, April. Al principio no estaba muy convencida con el vestido. ¡Era precioso y muy entallado! Y como ves mi cuerpo no estaba preparado para él. - Se levantó del sillón quitándose la chaqueta, dejando ver su cuerpo chupado y su poco pecho. Volvió a sentarse. - Pero una vez me lo puse fue todo mágico. Me daba igual todo, solo quería complacer a los maravillosos habitantes de Panem con la visión de aquel vestido tan bello. Solo quería que todos lo supiesen, el trabajo de Azlion es simplemente uno de los mejores. ¡Hizo que yo, tan escuálida como soy, me sintiese la persona mas sexy de todo Panem!

Tenemos curiosidad por saber cuánto tiempo pasáis los tributos por el centro de renovación. Dinos, ¿es para todos igual, o hay algunos que necesitan varios manguerazos más que los demás? En tu caso personal, ¿te ha gustado la experiencia?

- Pues si te soy sincera, ¡no tengo ni idea! - Dijo riendo. - En cuanto llegas te encierran en una habitación enorme para comenzar a ponerte guapa. En mi caso la verdad es que no necesité muchos de esos manguerazos, como tu dices. Mi higiene es una de las cosas que se me dan mejor, ¡me encanta cuidar y mimar mi cuerpo! Así que pasé poco tiempo allí. Aunque te puedo asegurar que los chicos y chicas de los distritos más bajos pasaron horas allí dentro. - Rió con un poco de maldad.

April se levantó para despedirla. Ya había pasado todo. Sesame salió del escenario dando saltitos mientras la multitud aplaudía.

por **Charlotte Welles** Vie 29 Mar 2013, 09:29

Por fin había llegado mi turno en las entrevistas. Una punzada de nervios recorrió mi cuerpo rápidamente. April me esperaba de pie junto a su asiento en el escenario, mientras tanto ella como el público aplaudían con bastante vitalidad, eso era lo único que me gustaba de las personas del Capitolio, parecía que jamás se les acababa la batería, gritaban, reían, vitoreaban, chiflaban siempre con las mismas ganas. Finalmente entré al escenario y los ánimos del público aumentaron considerablemente como con todos los demás tributos. Caminé lentamente temiendo caer frente a todo Panem, lancé algunos besos al aire y a la cámara para los espectadores por fin llegué hasta donde estaba April y nos saludamos con dos besos -Hola, April, luces realmente bien este día- Dije con entusiasmo, mientras la miraba, resultaba bastante divertido como el público se desvivía por los tributos sin importar lo que ellos hicieran.

April amablemente me invitó a tomar asiento a lo cual accedí, me daría más confianza estar sentada que de pie, ya que si estaba de pie en cualquier momento caería debido a los zapatos de aguja que me puso mi estilista a juego con el vestido. No esperó mucho tiempo para hacer la primera pregunta, mientras ella hablaba crucé mis piernas de manera elegante y escuché atentamente.

-Charlotte, querida, me han comentado que no tienes novio, ¡cómo es eso posible! Con la cantidad de preciosidades que se están paseando toda la noche por este plató. ¡Lo tenemos que solucionar!, primero dime con cual te quedarías de todos los tributos. Elige uno.

Nada más sentí cuando el color se me subió a través de las mejillas ¿cómo sabía que no tenía novio? Bueno, eso era mi problema y quizá si hubiese tenido novio él me habría ido a ver el día de la cosecha cuando ya me habían elegido como tributo, viéndolo desde ese punto era bastante obvio. Vacilé un poco antes de responder -Bueno, a decir verdad no he tenido novio por que temen que les de dulces para hacerlos engordar y luego...- Hablé en un tono ligeramente más bajo, pero por lógica audible para todos -...cocinarlos. Es estúpido, pero yo creo que es la respuesta más realista que te puedo dar. Últimamente le he dado vueltas al asunto y llegado a esta conclusiín.- Reí un poco acompañada con las estruendosas risas del público -¿Cómo crees que puedo elegir solamente a un tributo?- La miré con los ojos bastante abiertos -Tú misma lo has dicho, April. Todos son unas preciosidades. Las chicas son muy monas y los chicos bastante apuestos- Sonreí de manera coqueta mientras agaché ligeramente la cabeza -¿Cómo es posible que me hagas elegir a alguno? No se puede, mejor elijo a todos.- Reí a carcajadas notablemente sonrojada. Miré al público, lo cuales reían y algunos me saludaban, yo les devolvía el saludo con una enorme sonrisa dibujada en el rostro -Pero responderé como se debe a tu pregunta. Supongo que elegiría a mi compañero de Distrito, Dalkiel.- Posé mi mano bajo mi barbilla. Honestamente no había tenido ningún trato con Dalkiel, pero esperaba que eso me sacara de aprietos, luego habría tiempo de pedir disculpas si él lo requería, mientras tanto debía seguir mi juego.

-Vaya Charlotte, ¡no te conformas con cualquiera! Eso está bien, ahora quiero que le conquistes, ¡aquí y ahora!, dirígete a la cámara y enséñanos lo que sabes hacer, ¡sedúcele, enamórale!, me han dicho que eres toda una artista, ¡demuestra tus encantos!

Eso si me tomó por sorpresa ¿cómo saldría ahora de esta? Me levanté de mi asiento bastante segura y me acerqué lo más que pude a la cámara. -Dalkiel, tengo muchos dulces para tí- Sonreí con un toque de malicia, raro en mí -Claro que no son para engordarte y luego cocinarte.- Reí y el público empezó a reír, era extraño que rieran de chisten tan estúpidos y eso si se le podían llamar chistes. Regresé a mi asiento y me senté al lado de April mientras ponía mi cabello sobre mi hombro izquierdo. La gente aún reía y April tuvo que tranquilizar a algunos, para proseguir con la siguiente pregunta.

-Me has conquistado hasta a mí, corazón, seguro que ahora no se te resiste.El próximo paso que tienes que dar, para terminar de pescarlo, es preparándole algún dulce, ya sabes lo que dicen: ¡por el estómago se conquista a un hombre!, y he oído que eres muy buena pastelera, ¿no es así? Háblanos sobre eso.

Este tipo de preguntas si me gustaban, podría hablar sobre mi madre y nuestra pequeña e humilde dulcería. -Bueno, en el Distrito mi madre y yo teníamos, como creo yo que lo sabes, teníamos una dulcería. Muchos colores, sabores había ahí. A veces nos llevaban los panques de la panadería para que nosotras los adornáramos, era bastante divertido y más aún ver la sonrisa de los pequeños al tener una bolsa de dulce en las manos, deberías ver ese brillo en sus ojos.- Miré a April con una sonrisa en el rostro, esa era la sonrisa más sincera que podía dar en esos momentos. Miré al público los cuáles intentaban lanzar una sonrisa de comprensión, pero la realidad es que solo mi madre entendía aquel sentimiento y nadie más.

Finalmente sonó el timbre que indicaba el fin de la entrevista, me levanté al lado de ella y levantó mi mano, con mi mano libre saludé al público y salí de ahí, una vez ahí para nada había sentido nervios. Salí por un lado del escenario y regresé al Backstage, era mi turno de observar las demás entrevistas.

por **Brigitte Bingley** Sáb 30 Mar 2013, 02:53

Acababa de conseguir tumbarme en el sofá blandito, ese al que había estado echando el ojo un buen rato, cuando el tributo del distrito 8 salió a escena. Entonces todo el mundo se me echó encima. Me levantaron bruscamente, mi estilista me dio unos últimos retoques, Jepalius empezó a hablar deprisa sobre lo que no tenía y tenía que hacer. Todo muy rápido, no me enteré de nada. La entrevista del chico terminó rápido, y llegó mi turno.

-Nuestra siguiente tributo tampoco pasa desapercibida; ¡recién llegada del distrito 9, Brigitte Bingley! ¡Recibámosla con un caluroso aplauso!-Dijo April, la presentadora, e inmediatamente después fui empujada al plató.

La sensación fue similar a la del día de las carrozas. El público gritando y aplaudiendo hacía que se me pusiese la piel de gallina. Yo no sabía andar con tacones, como prueba estaba el día del desfile, donde estuve a punto de caer de la carroza; así que me preocupé más de llegar hasta April sin caerme que de saludar o sonreír al público. April me ayudó un poco cuando estaba llegando, me saludó con dos besos y me invitó a sentarme.

-¡Guau, qué buen aspecto traes, Brigitte! ¡Todos pensamos que estás estupenda! Tienes un aspecto mucho más saludable que el día de la cosecha. No te enfadarás si confieso que lo primero que pensé el día en que saliste elegida fue: ¡Vaya, esta chica necesita una ducha! –April se rió, y el público lo hizo con ella. Sin embargo mi cara se mostró impasible, yo no veía nada malo en mi aspecto, y mucho menos en la cosecha, mi madre se había encargado de arreglarme más de lo normal ese día. – Fuera de bromas, Brigitte, ¿qué crees que estarán pensado en este momento tus compañeros de distrito sobre tu nueva imagen? ¿Crees que despertarás alguna envidia? ¿O que quizás algún muchacho se arrepienta de haberte dejado escapar?

-Oh, no. No lo creo.-Dije suavemente con mi voz aguda y cantarina mientras a la vez negaba con la cabeza. -Yo creo que piensan que soy un poco rara. Sé que algunos me han puesto motes, pero a mí no me importa, a veces son graciosos.-Me eché hacia delante acercándome a April y abrí los ojos más de lo normal- Vaya, April, ¿sabías que tienes las cejas de un color distinto a tu pelo?-Me llevé las manos a mis cejas, tapándolas. -¿Es una moda del Capitolio? ¿Me las van a cambiar de color a mí también?- April no pudo contener la risa y se echó a reír, al igual que el público. No entendí por qué, así que me limité a sonreír y destapar mis cejas. La presentadora ignoró mis preguntas y siguió con la entrevista.

-- Mi querida, queridísima Brigitte; siento decirte que a nadie nos pasó desapercibido tu incidente en la carroza. Ahora, sincérate: ¿de verdad perdiste el equilibrio como nos quisiste hacer creer, o tan solo fue una estratagema para agarrarte a tu guapo acompañante, Ariel Thomas?

Solté una pequeña risotada y me llevé la mano a la boca, no pude pararlo, empecé a reírme sola mientras negaba con la cabeza; mi risa era como mi voz: aguda, suave y cantarina, no podía para de reír. Empecé a dar saltitos en mi sitio, me había entrado hipo. El público no tardó en sumarse a mi risa. Una lágrima resbaló por mi rostro, y me froté el ojo, llevándome una gran cantidad de pintura, miré mi mano y dije: -Oh, vaya.- Ahora todo el público se partía de risa. Contuve la respiración por un instante inflando los mofletes con la intención de que se me pasase el hipo, esto causó más carcajadas en el público.

Al final conseguí parar de reir y me froté los dos ojos llenos de lágrimas, ya me daba igual, me iban a regañar de todas formas.
-No, no... -Sonreí divertida conteniendo la risa.-¡Ari es gay!- Qué preguntas tenían los del Capitolio, sin duda eran seres muy curiosos. No podía imaginar cómo April había pensado que a mí me gustaba mi único amigo en este lugar.

- Según nos han informado, Brigitte, eres una persona muy observadora. ¡Nos interesa saber qué tipo de cosas te han llamado la atención de nuestro capitolio! ¿Qué has conocido aquí que no tengan en tu distrito y que si volvieras ya no podrías vivir sin ellas? ¿Serán los pastelitos, la moda, o los baños relajantes?

Me incorporé un poco y me aclaré la voz antes de contestar.-Bueno… mmm, nunca había visto una televisión tan grande como la de nuestro salón en la planta 9… pero si vuelvo a mi distrito sin lo que no podría sobrevivir es el pollo asado del Capitolio. Me encanta, es genial, no puedo dejar de comerlo.-Estaba siendo totalmente sincera, qué bueno estaba el pollo asado, según lo dije me entraron ganas de comer, sin duda, lo mejor del Capitolio.

April se puso en pie y yo con ella. Me tomó la mano y la alzó ante el público, todo el mundo comenzó a aplaudir. -¡Brigitte Bingley, del distrito 9, para todos ustedes!. Sonreí amablemente. Para terminar, la presentadora me dio dos besos de despedida y me deseó suerte. Le di las gracias y me fui caminando como pude, sin tropezarme. Cuando salí del escenario me tiré al suelo y me quité los tacones. Los dejé a un lado, apartados, antes de que regresase al backstage, a ver la entrevista de Ari, tumbarme en el sofá blandito y comer algo.

por **Burckhardt P. Riverus** Sáb 30 Mar 2013, 08:58

ASI DE SEXY VA VESTIDO:

Ha llegado el momento de salir de verdad ante un publico que parece adorarlo, la salida que ha hecho para besar a su compañera no ha hecho mas que atraer la atención del publico sobre ellos. Pasa las manos por su traje blanco entero con la chaqueta sin mandas acolchada. Esta satisfecho. Se siente realizado, uno de sus sueños siempre ha sido salir en la television y dar un gran espectaculo, siente los nervios a flor de piel. April dice su nombre, y todo el mundo parece emocionado con su salida. Tiene que ser espectacular, asi que sale corriendo, saludando a todos y lanzando besos con las manos a los espectadores. Sonrie ampliamente, como solo el sabe hacer y se acerca a la presentadora que está espléndida vestida para la ocasión. Burckhardt planta dos besos en la cara de April y la aprieta entre sus brazos fuertemente, como si se conociesen de toda la vida, a continuación se sienta en esos comodos sillones para comenzar a responder las preguntas de su entrevista.

-Querido, desprendes seguridad en ti mismo, pudimos comprobarlo en la cosecha cuando nos sedujiste con un pequeño discurso. Dinos, ¿ser tan directo y elocuente te sirve para ligar? ¿Esa es tu táctica para conquistarlas a todas? ¿Funciona realmente?

-Bueno, tengo una gran personalidad, no tengo ningún problema para ligar, soy todo un don juan-sonríe ante las camaras y mira al publico sexymente-Ese tipo de frases solo me sirven para asegurar las conquitas, la verdad es que tengo a todas las chicas locas. También considero que ser una persona segura es muy importante, sin seguridad en ti mismo no vas a ningún sitio, es la llave del éxito. Si eres seguro ligas fijo, la mayoría de las chicas buscan en una relacion sentir seguridad, y eso -se recuesta el el cómodo sillónn y toma un trago de agua del vaso que han puesto para el sobre la mesilla baja-La tactica está en la mirada, mirarlas a los ojos y a los labios, las seduzco a todas con una mirada, soy absolutamente irresistible-guiña un ojo a la presentadora, cruzando los brazos sobre el regaazo, esperando las proximas preguntas.

Ha llegado hasta mis oídos que tú, mi adorado y atractivo Burck, a pesar de tener un aspecto tan encantador e higiénico, tienes como hobby recoger basura. ¡Increíble! ¿Es eso cierto?

Esa pregunta lo coge de sorpresa, ¿cómo coño sabe esa puta que le gusta la basura? Ha tenido especial cuidado en no recoger nada de residuos desde que salió en la Cosecha, se ha estado contenido… pero tiene que buscar la manera de salir del paso. Decide contar la verdad, o al menos, a medias.

-Me sorprende esta pregunta April, pero ¿para que negarlo?-se acerca un poco a la presentadora-Pero lo que yo tomo no es basura, son más bien cosas olvidadas que aún merecen ser queridas. Hay cosas que tienen un montón de historia, es fascinante la verdad-se le ponen los ojos de bola al recordar los montones de cosas sacados de la basura que se amontonan en el suelo de su habitación del Distrito 12-Lo mejor de eso, es pensar en las personas que lo usaron antes, adoro fantasear pensando en todo el pasado de esas cosas-no le ha hecho mucha gracia esa pregunta, por ello tampoco se enreda demasiado contando sobre su afición de recolección de basura.

Hemos oído, querido Burck, de algunas fuentes de entre tus allegados, que tienes un talento innato para el baile y el canto. Nos encantaría que nos deleitases con una demostración, ¿serías tan amable?

La tercera pregunta no es una pregunta en si… no, es más bien una invitación para presentar delante de todo el mundo sus habilidades sobre baile y canto. No dice nada, le dirige una mirada complice a April y se pone en pie. Por fin, su momento de gloria, quizas este sea su pasaje a la salvacion en la Arena, la gente amara su voz. Las luces se apagan, tan solo queda un tenue resplandor que incide sobre el. Le dan un microfono y se lo lleva a los labios, toma ire un par de veces antes de pensar en una de las canciones que ha compuesto el mismo durante toda su vida. Carraspea y comienza a entonar. La melodía fluye de su interior, suave, seductura, con su voz de pito retumbando por todo la sala. Tiene los ojos cerrados para concentrarse, pero siente todas las miradas del publicos clavadas en el. Cuando llega a la parte central de la canción, comienza a mover su cuerpo, bailando. Detrás del el se ilumina una gran pantalla y sale un primer plano de la cara de Burckhardt. Los pies se mueve rapidamente, de una forma que el casi pensaba imposible; debe de ser a causa de la emoción. Termina por soltar unas ultimas palabras y su voz comienza a apagarse, tragada por los aplausos y silbidos del publico.

Sonrie y lanza besos al publico. Su corazón esta a punto de salirsele del pecho, pero le da igual. Ha sido un momento de gloria para él.

-Gracias April por haber ofrecido esta fantastica oportunidad, te estare eternamente agradecido-la abraza antes de dirigirse de nuevo al backstage pare reunirse con Leander, tiene en mente una gran idea para hacer esa noche la mejor experiencia de su vida.

por **Alexandder B. Lowë** Sáb 30 Mar 2013, 09:26

Traje:

Acaba de terminar de hablar con Helena cuando April dio por finalizada la entrevista a Tris y le presentó.
Mierda, se había perdido toda la entrevista de su compañera de distrito por hablar con Helena y no tenía ni idea de lo que había dicho. Solo esperaba que no hubiese dicho nada sobre él y mucho menos sobre esas ideas tan firmes y anti capitolinas que había expuesto frente a él el primer día que se habían visto.

Entró al plató con una tranquilidad que le sorprendía incluso a él. Se había pasado nervioso desde el mismo momento en el que había pronunciado la palabra "voluntario" y, sin embargo, ahora que había llegado el momento de hablar delante de todo Panem y de responder preguntas que seguramente no querría responder se encontraba tan tranquilo que ni siquiera parecía él.
Llégo hasta April y le saludó con dos besos apoyando ligeramente la mano en la cintura de la entrevistadora al hacerlo, como si de esa manera se asegurase de que la mujer no caería o algo por el estilo, un gesto que utilizaba desde hacía tanto tiempo que ni siquiera lo recordaba y que a algunos les parecía caballeroso y a otros tantos algo fuera de lugar.
Tomó asiento ante la cordial invitación de April y se acomodó mientras su cerebro comenzaba a funcionar demasiado rápido para que aun la mujer no hubiese hecho ni una sola pregunta. Estaba tranquilo, sí, pero eso no significaba que no tuviese que estar alerta y preparado. No sabía que clase de cuestión le expondría esa mujer ante todo Panem y necesitaba ser rápido y preciso en sus respuestas, que si mentía no se notase, que si omitía algo nadie se diese cuenta y, ante todo, que pareciera al menos algo más seguro de si mismo. Estaba rodeado de tributos con demasiada confianza en su potencial y si no empezaba a ser tranquilo en sus reacciones y a demostrar que pensaba que tenía oportunidad de ganar sus compañeros le opacarían por completo.

El chico apoyó el codo derecho en el brazo del asiento y apoyó la mano sobre sus labios mirando a April cuando comenzó a preguntar.

-¡Vaya, Alexandder! Me alegro de todo corazón de que te hayas deshecho de ese viejo abrigo que llevabas el día de la cosecha. ¡Era una monstruosidad! –Ríe sonoramente. –Estoy de acuerdo en que todos los tributos necesitan algo que les haga sentirse seguros y pasar desapercibidos el día de la cosecha, ¡pero ese no era tu caso! No es una pregunta muy oficial, pero queremos saberlo: ¿tenías planeado ofrecerte voluntario como tributo y pretendías asegurar el factor sorpresa escondiendo la cabeza bajo el abrigo negro?

Alzó las cejas ligeramente sorprendido. No por la pregunta si no por el comentario acerca del abrigo. Ni siquiera recordaba que llevaba puesto el día de la Cosecha pero por la vaga descripción de April podía imaginarse su aspecto ese día y no era para nada favorecedor.
Por otro lado, esperaba la primera pregunta de modo que frunció un poco los labios y alzó la vista hacia el techo en actitud pensativa antes de soltar un ligero suspiro.

-Me encantaría poder decir que sí, April, y excusar mi falta de...-hizo una pausa mientras buscaba la palabra adecuada.-¿glamour?¿estilo? Ese tipo de cosas que abundan en el Capitolio y que necesitamos con urgencia en algunos distritos como el seis.-hizo un ligero gesto con la mano para acentuar la respuesta y se encogió de hombros. Parecía que al publico le había gustado ese cumplido hacia el estilo de los capitolinos.-Pero me temo que no, no somos un distrito que presente muchos voluntarios, como ya sabéis, no estamos muy...concienciados sobre el concepto de ser voluntarios y, como mi compañera, yo también decidí presentarme en ese mismo momento por algunos imprevistos que surgieron.

Estaba conforme con su primera respuesta y parecía que también el público. Habría podido ser más encantador, más gracioso o más memorable, pero así estaba bien y solo quería que dejase de hablar sobre la Cosecha y se centrase en otra cosa.
Pero la siguiente cuestión que April expuso solo le hizo tener que unir todas sus fuerzas para no fruncir el ceño, responderle con alguna grosería o salir de allí directamente.

-Eres una persona muy formal, ¿verdad, Alexanddder? ¡Vamos a comprobar cuán serio puedes ser! ¿Cuánto tiempo puedes aguantar sin reír mientras te hacemos cosquillas en los pies con esta pluma de ave? Piensa que te estoy haciendo un favor: ¡reír alarga la vida!

No, por el amor de una madre, ¡no! Odiaba la cosquillas, odiaba que la gente intentase hacerle cosquillas para que se riese y en cualquier otra circunstancia habría pedido que le dejasen en paz y se habría largado molesto. Pero no ahí, delante de todo Panem.
Un par de avox se acercaron a ellos con una pluma en la mano. Una sonrisa nerviosa se dibujó en su rostro y miró a April mientras se reía ligeramente.

-Podríamos evitar esto si me pides que me r...- no llegó a terminar la frase. April no parecía haberle escuchado siquiera y los avox le habían quitado los zapatos y habían comenzado a hacerle cosquillas con más rapidez de la que él tenía para reaccionar.
No pudo evitar echarse a reír, aunque la sensación que tenía en ese momento no era la mejor. Le molestaba y sabía que ahora mismo Roth debía estar riéndose delante del televisor conocedor del esfuerzo que Alexandder estaba haciendo para no darle un puñetazo a alguien para que parasen. A Roth le encantaba hacerle ese tipo de cosas y se había llevado algún golpe alguna vez.

Apenas fueron unos instantes pero cuando April paró el chico pensó que habían pasado horas y una sensación de malestar le recorría el cuerpo, como un escalofrío constante que no evitó que la entrevistadora continuase hablando cuando él ya había vuelto a ponerse los zapatos y el público había dejado de reír y aplaudir.

-¡Tenemos un nuevo récord mundial! ¡Qué bárbaro! ¡Empezaba a pensar que este chico no tuviera la capacidad de reír! ¿Y vosotros?-Sonríe al público.- Una vez roto el hielo, y después de haber escuchado esa original risa, ¡respóndenos a lo que todos estamos pensando! ¿Estás enamorado de alguien? ¿Tal vez de la encantadora Zhyriatrice Scort, la tributo femenina de tu distrito?

Enamorado. Joder, parecía que el amor era el maldito tema de este año. El chico entreabrió los labios ligeramente y lanzó una rápida mirada hacia el backstage. No había pensado en eso y necesitaba una buena respuesta.

-¿Enamorado?- paseó la vista por el público un momento, sin mirar a nadie en particular y de nuevo la fijó en April.-No sabría decirte, April.- Y era cierto, maldita sea, no sabía que contestar, estaba en blanco, nada le venía a la cabeza y simplemente comenzó a ¿improvisar?, ¿decir la verdad?-No sé si estoy enamorado pero no te voy a mentir, Tris es muy importante para mi, soy consciente de que me presenté voluntario para estar con ella en los Juegos y que posiblemente sea la persona con la que más me guste estar.- ya lo había soltado. Ahora solo esperaba que Tris no le matase al llegar al backstage.-Pero...- el publico se sobresaltó un poco ante un "pero" que ni él mismo esperaba.-hay otra chica, una chica que conocí hace unos meses, que...no lo sé,- desvió la mirada, pensativo, confundido, planteándose por primera vez todo aquello en voz alta.-estoy cómodo con ella, estoy...- alzó la vista hacia April de nuevo y sonrió.-estoy muy bien cuando hablo con ella o simplemente cuando le tengo cerca.- hizo una pausa, adoptando la postura que había tomado al sentarse y volviendo a hablar tras unos instantes, aun con la vista perdida.-Es como con Tris, estoy bien, estoy cómodo, ellas son diferentes, muy diferentes, pero tengo la misma reacción cuando estoy con ellas.- respiró profundamente y se encogió de hombros.-Lo siento, me he ido por las ramas.- sonrió un poco, excusándose.-Respondiendo a tu pregunta, no lo sé, no estoy convencido de ellos.

El plató había permanecido en silencio mientras hablaba y aun lo estaba. No sabía si eso era bueno o malo pero, definitivamente, le ponía nervioso de modo que agradeció que April diese por finalizada la entrevista poniéndose en pie. Rápidamente se levantó del asiento y sonrió a la entrevistadora, despidiéndose con dos besos y el mismo gesto de apoyar la mano en la cintura de la mujer, y se dirigió hacia el backstage sin volverse a mirar el plató que quedaba atrás.

por **Six Y. Avner** Sáb 30 Mar 2013, 10:47

Vale, ahora era definitivo, le temblaban las piernas y no podía más. Habían pasado ya las entrevistas de los distritos uno y dos, y la única a la que había sido capaz de prestar atención era a la de Sesame pues no había hablado con ningún otro tributo a parte de ella y el desgraciado del ocho. Omitiendo a su hermano, claro. Six era incapaz de verle como a un tributo. Estaba haciendo un sobrehumano esfuerzo por no morderse las uñas y temía las preguntas de la presentadora, April, que parecía formular cada una de ellas con mala leche o, al menos, intentando sacar a la luz los secretos más oscuros de cada tributo. ¿Qué le preguntaría a ella? Había una parte de su persona que no quería conocer la respuesta a esa pregunta, pero no tenía otra opción.

Su nombre se oyó por los altavoces del Capitolio mientras salía Nirvanett, el tributo del dos, dejándole paso a ella. Los aplausos de la multitud eran estruendosos pero como con todo el mundo. No los tenía en la palma de su mano porque no había hecho nada que lo mereciera, al menos de momento. Se colocó bien el vestido rojo que llevaba, se revolvió el pelo suelto para que le quedara mejor, sin mucho éxito, y se crujió los dedos. Subió las escaleras que la conducían al escenario y antes de salir delante de todo Panem respiró hondo y se tomó un segundo. Tenía que hacerlo bien, era prácticamente su única oportunidad para impresionarles.

Sin ver nada, cegada por las múltiples luces que la iluminaban, sonrió sin parecer idiota, una sonrisa corta y un poco de suficiencia, como había practicado con Dave. Se sentó en la silla que April le ofrecía, teniendo cuidado con el vestido y con la cabeza bien alta, intentando parecer sexy. Qué mal se le daba... La saludó y le comentó el placer que era estar allí antes de que la mujer decidiera ir al grano para que no se le pasaran los tres minutos que tenía con cada tributo. Veía en su cara que le quería sacar jugo a cada segundo y por eso le molestaban las banalidades tontas como las presentaciones. Teatro, solo es teatro, se repetía.

- ¿Qué sentí? Pues la verdad es que muchas cosas nada buenas. - confesó con posado serio. La primera pregunta era el "plato fuerte". ¿Qué se suponía que iba a preguntarle a continuación si ya había terminado con el tema más interesante de toda su entrevista, pues? - Soy perfectamente capaz de cuidar de mi misma, siempre lo he sido y no cabe duda de que sin su ayuda podría haberlo conseguido en la Arena. Aun así nos queremos mucho y entiendo lo que hizo, puede que yo también lo hubiera hecho. - se explicó. No estaba dejando ver su debilidad por lo que de momento todo estaba yendo bien. Era fuerte, era una roca. Nada le importaba en aquel momento. - Preferiría que no estuviera aquí, porque solo puede quedar uno... - bajó la cabeza, como si una oleada de sentimientos nuevos la asaltara al pensar en aquello. Como si no lo hubiera pensado nunca. - Pero no dudes April que los demás tributos deben ir con mucho cuidado con nosotros. Los del distrito tres no pasaremos desapercibidos estos Juegos, no te quepa duda. - añadió.

Esa era la idea. Estaba satisfecha. Al principio pensó en ignorar la parte sobre ligar de la pregunta, pero el Capitolio era un fan de los amoríos y igual no era mala idea comentar algo que les dejara con ganas de saber más pero que no desvelara mucho, porque en el fondo no había nada que contar sobre el tema. No, aquello no era nada... ¿No?

- Bueno, aunque él no lo sepa y me vaya a matar, nunca me ha podido cortar mucho las alas en ese tema ¿Me entiendes? - le guiñó un ojo a la cámara y todo el mundo se rió. Sí, claro, como si fuera una sex symbol que ligara mucho, como parecía gritar su vestido. Todo era una mentira, como una telaraña pulcramente tejida. - Hay alguien que se me pasa por la cabeza, pero ya veremos qué pasa cuando estemos todos en la Arena. - aclaró. No quería dar nombres, porque no había.

Luego le preguntó sobre el Capitolio y sobre si había conocido a algún chico guapo allí. "¡Qué obsesión tiene esta mujer con lo de ligar, por favor!" pensó en un momento de nerviosismo, y soltó una carcajada un poco fake. Tenía que fingir que todo le hacía mucha gracia, que estaba muy tranquila, que todo iba perfectamente bien. No era precisamente el caso, porque cada vez sabía menos por donde coger aquellas putas preguntitas, pero no podía tirar la toalla justo en ese momento. ¿Qué podía quedar, un minuto?

- Uy, yo no sé qué coméis pero aquí todo el mundo es mucho más guapo que en el distrito tres, eh. No es justo. - se quejó, provocando de nuevo la risa del público, fácil de contentar. Les gustaba que les dijeran eso, que les alabaran. Gary, desde luego, lo haría mejor. Por él no se preocupaba en aquel momento. - Seguro que mi hermano ya le ha echado un ojo a medio Capitolio, te lo digo yo. - comentó, preparando el terreno para cuando llegara el turno del susodicho. - Yo de momento os dejaré con la intriga, solo diré que hay gente que no pasa desapercibida precisamente. Pero ahora, entre tu y yo April, lo único que quiero es deshacerme de ellos y volver a casa con Gary, no enamorarme. Ya tendré toda la vida por delante para ello. - explicó. El público asintió, convencido, y la mujer le dijo algo del estilo de “No cabe duda de que lo harás”, como les hacía a todos para animarlos.

Estaba convencida de que escuchaba el transcurso de los segundos en su cabeza. Treinta, veintinueve, veintiocho... Una preguntita más y ya estaría, podría acurrucarse en la cómoda cama de su habitación en la tercera planta y dormir, si lo conseguía. No cabía duda de que pasaría la peor noche de toda su vida. Y pensando en aquellas tonterías llegó la última cuestión que dejó a Six perpleja. ¿Su abuela, en serio? Se puso a reír, y esta vez sinceramente.

- Mi abuela está muerta, April. Tu informador es de poca confianza. - todo el mundo se río y no le pareció a la tributo que a la entrevistadora le hiciera mucha gracia quedar en ridículo. - Desde hace mucho. Ni la conocí. - se puso seria para decir aquello, dándole un toque borde a su entrevista para parecer amenazadora. Bah, que no se dijera que no lo había intentado. - Supongo que te refieres a mis padres. Me llevo muy bien con los dos, pero sobretodo con mi padre. - especificó. - Me dijo que me echará de menos y que vuelva. Eso me dijo. ¿Qué más podía decirme? - se encogió de hombros. La presentadora le dio la razón y la despidió. Lanzó un beso y bajó rápido las escaleras. Se cruzó con su hermano durante la bajada, le deseó suerte con un besito en la mejilla y aquel suplicio terminó por fin.

por **Leander N. Syrling** Sáb 30 Mar 2013, 10:58

-Después de su entrada triunfal en el desfile esta muchacha no pasará desapercibida, ¡recibamos con un caluroso aplauso a nuestra queridísima Leander Syrling!
April aplaude entusiasmada junto al público. La joven entra y la entrevistadora la recibe con dos besos. -Toma asiento querida.- Ambas se sientan.

Nervios. Nervios. Nervios. Nervios. Soy un manojo de nervios. No paro ni un segundo quieta y me muero por salir al escenario y bajarme enseguida. Todo Panem me observará. Todo el mundo tendrá sus ojos puestos en mí. Oh, dios mío, no quiero que pase. ¿Y si me caigo al subir al escenario? ¿Y si me preguntan algo ridículo? ¿Y si me quedo en blanco y no soy capaz de responder? Pero ni siquiera tengo tiempo de aclararme. April me llama para subir al escenario y yo, tras morderme el labio e intentar secarme el sudor de las manos, avanzo lentamente hacia el escenario.

No puedo permitir que nadie vea mi nerviosismo. Es más, tengo que causar impresión. Ser la chica a la que todos los patrocinadores quieran mandar regalos. Tengo que gustarles. Así que respiro, pongo una de mis mejores sonrisas y el foco de luz me ilumina. Ensancho aún más la sonrisa al ver a los cientos de capitolinos ahí abajo, y luego los saludo con la mano como si los conociera de toda la vida haciendo que los aplausos y los gritos de euforia me dejen sorda.
-Hola, April, estás espléndida- la saludo, le doy dos besos y luego me siento, esperando a su primera pregunta.

Primera pregunta:

-Leah, Leah, ¿qué vamos a hacer contigo? ¡Nos intentas robar al guapísimo de Burck y eso está muy mal! Cuéntame todo, ¿estás con Burck, o sólo fue un beso apasionado por la emoción del momento? Si no lo tienes claro, podemos pedirle a Burck que suba al escenario a repetir el beso, es más, ¡que suba y te ayude con tu respuesta!

Me muero. Me muero de vergüenza. ¿Por qué tiene que sacar ese tema? Ah, sí, al Capitolio lo que le gusta es esto, no hay más. Uff...¿qué hago? ¿Le digo la verdad? ¿Podría Nerwen utilizar la mentira como algo que nos beneficiara en el campo de batalla?
-Yo...-titubeo-. Burckhardt y yo...- entonces sale al escenario y me quedo muda.

Burckardt escribió...:

Burck parece saber lo qué hace, así que cuando me guiña un ojo, sé que me va a besar, y yo le corresponderé. Me atrae a él cogiéndome de la nuca y yo me limito a mirarle a los ojos. Si me concentro en su mirada, en la dulzura que parece estar regalándome, lo mismo puedo olvidarme de todo lo que nos rodea. Moja mis labios con los suyos y con cada roce de su legua, un estallido de energía me recorre. Aunque sé que no estoy enamorada de él, lo que siento al estar a su lado, esa conexión que nos une, es única y jamás antes la había experimentado. Nuestros alientos se mezclan y cierro los ojos antes de que me bese. Es un beso cargando de emociones que no sabría cómo describir, pero que hacen que los nervios desaparezcan y me sienta segura a su lado. Burck me agarra el trasero y abro los ojos tras soltar un gemido de asombro. ¿Por qué no se detiene? El público ya ha muerto con lo que hemos hecho y creo que hemos dejado claro algo de lo que aún no soy consciente.

Me pego aún más a él, hasta que quedamos completamente pegados y puedo sentir cada aprte de su cuerpo. Tal vez esta sea una gran carta que jugar, al menos con los patrocinadores, porque está claro que los demás tributos nos van a matar con esta exhibición. Así que, ya puestos, ¿por qué no arriesgar? Salto sobre mi compañero rodeando con mis piernas su cintura. Él me sujeta y comienza a besarme el cuello hasta llegar a mi lóbulo donde mediante un pequeño mordisco, me hace estremecer. Volvemos a unir nuestros labios esta vez de una manera más efusiva, como si fuéramos dos imanes. La pasión nos invade y nos dejamos llevar por completo. De repente, los dos despegamos nuestras bocas, y abrimos nuestros ojos encontrando los del otro. Me baja con cuidado al suelo y justo antes de que se vaya le susurro un "eres genial".

Tras ese beso delante de todo el mundo, creo que dejamos claro que estamos juntos, aunque en realidad no lo estamos. Pestañeo repetidas veces y luego me relamo los labios y vuelvo a sonreír. Al menos el público se ha vuelto loco y escucho cómo la mayoría pide más, pero es hora de continuar.

Segunda pregunta:

--Háblame de chicos, aparte de Burck, ¡todos queremos saber sobre tu vida amorosa!, ¿Hay alguien esperándote en casa? ¿Tienes algún amor no correspondido o imposible? ¿Estás enamorada? ¡No te sonrojes y ábrete a nosotros!

Me río, volviendo loco al público, de nuevo. Es tan fácil hacerlos reír, hacer que se emocionen, jugar con ellos, que hasta me dan lástima. Miro a April con complicidad y luego doy una palmada.
-Sí que sois cotillas vosotros- bromeo y luego me pongo seria, aunque sin evitar mirar con picardía hacia la cámara-. La verdad, podría decir que sí. Hay tantos esperándome en el 12...aunque no pienso volver por ellos, si es lo que pensaban. Creo que nunca me he enamorado de verdad- los capitolinos saltan en exclamaciones y yo sonrío-.Es cierto, no obstante, que he estado con muchos- y empiezo a hacer una cuenta inventada con los dedos, a lo que el público se suma con sus voces cada vez de finjo recordar a alguien-, pero nada serio. Si embargo, no pierdo la esperanza. Aún puedo hacerlo, y Burckhardt parece el primer candidato-guiño un ojo y luego miro hacia atrás, hacia donde estará él esperando a su turno para responder las preguntas.

Tercera pregunta:

-Pongámonos serias Leah. He oído que has sufrido mucho en tu vida, querida… no quiero entrometerme, pero voy preguntarte algo muy personal, ¿qué le dirías a tu amada Nadezhda si te pudiera ver ahora mismo? En este momento, justo donde has llegado en tu vida. Dedica a tu querida hermana unas palabras.

Ese vamos a ponernos serias no me gusta ni un pelo, y lo que viene después sólo me lo confirma. Al escuchar el nombre de mi hermana se me forma un nudo en la garganta y los ojos se me llenan de lágrimas. El tener que compartir con todo el mundo el sufrimiento que me ha causado por tanto tiempo su muerte me rompen por dentro y toda la capa de superficialidad se evapora. Miro hacia abajo y luego ladeo la cabeza a uno y otro lado, como si pudiera hacer que este momento no acabara de ocurrir. Pero ha llegado el momento de enfrentarse a los demonios del pasado, de sincerarse, de sacar a la luz la verdad, de romper mi silencio.

-No te mentiré April, ni a ti ni a nadie- miro hacia las cámaras y mi voz sale en un tono lúgubre y triste-. Hace ya cuatro años que perdí a mi hermana, a la persona que más he querido nunca en el mundo. Enfermó, y ya se sabe que en el 12 no hay muy buenos médicos...Intentaron salvarla, pero no aguantó. Murió en brazos- dos finas y cristalinas lágrimas escapan de mis ojos y corro a secármelas antes de que destrocen el maquillaje-. Me consumí, me encerré en mí misma, dejé de ser yo, dejé de ser nadie. Con la muerte de Nadezdha, un parte de mí también murió. Al despertar de la depresión cambié. Me convertí en alguien diferente, me convertí en lo que soy hoy y parece que todo el mundo lo ha asimilado. Mis padres nunca me han preguntado por qué me transformé, por qué hago lo que hago. Todo el mundo prefirió a la nueva Leander, quizá porque así podrían olvidar mejor la muerte de mi hermana. Éramos tan parecidas... -estoy a punto de confesar el inicio de la red de mis mentiras-.¿Sabes? Yo era muy buena, muy tímida, cariñosa, honesta, humilde, no me gusta el alcohol, ni mentir, ni robar, tenía miedo de absolutamente todo y era tan inocente...a partir de la muerte de mi hermana, todo lo que era, pasó a ser justo lo contrario, y aquí me tienes- se me quiebra la voz y creo que no podré seguir hablando por mucho tiempo-. Nadezhda, ojalá estuvieras viva, ojalá yo estuviera en tu lugar, ojalá nunca te hubieras ido. Sé que no lo he estado haciendo bien hasta ahora, pero prometo intentar volver a casa por ti, para que papá y mamá no pierdan a sus dos hijas- los sollozos no tardan en venir y me siento de cristal-. No pude decírtelo a tiempo, así que espero que lo sepas, estés donde estés, te quiero, Nadezhda, te quiero.

Eso es todo. Ya no puedo continuar, y veo en la mirada de April que ella lo sabe bien y no va a forzarme. El público se ha quedado mudo y no me atrevo a mirarlos a la cara. Me froto los labios intentando recuperar las fuerzas perdidas con esa última pregunta.

Ambas se ponen en pie cuando Leah termina de contestar todas sus preguntas. April toma su mano la alza mientras dice: -¡Leander Syrling, del distrito 12 para todos ustedes!.
Se despide con otros dos besos en las mejillas, y con sinceridad le desea suerte.

Nos ponemos en pie, y April coge mi mano para alzarla y decir mi nombre. Yo me he quedado tan tocada que ya ni sonrío para el público, aunque ellos me regalan un aplauso que me tomo como símbolo compasión. April me despide con dos besos y me desea suerte, a lo que yo asiento con la cabeza como muestra de agradecimiento. Camino con lentitud mientras oigo el nombre de mi compañero y al secarme las lágrimas con la mano izquierda, los eslabones de la pulsera que me regalaron mis padres antes de venir aquí, chocan entre sí, como cuando cogí la botella en el tren y me di cuenta de que estaba ahí. El símbolo de amor de mis padres, del Distrito 12, y, ahora, también de el símbolo del recuerdo de mi hermana Nadezhda. Beso la pulsera una vez que los focos de luz dejan de darme y me encuentro sola.

Si vuelvo a casa, lo haré como la vieja Leander, como aquella a la que abandoné y la única que ahora puede salvarme.